Me dio mi regalote

Sexo 27/12/2017 05:18 Actualizada 19:27
 

Hola, mis chulos y mi chulas, por fin pasó la Navidad y espero que todos hayan recibido buenos “regarrotes”. 

Yo abrí el mío hasta el 25, porque el 24 llegué exhausta y solo quería dormir, pero justo en la tarde que empecé a revivir, sentí unas vibraciones en mi zona íntima acompañadas de un dedo travieso que rozaban mis labios vaginales, entonces al oído lo escuché decir “ve ya estás bien mojada”, yo todavía ni siquiera terminaba de despertar y mi cerebro ya estaba pensando en lo rico que me vería de perrito. 

Así modorra, él me volteó boca abajo, me levantó de la cadera y metió una almohada  bajo mi abdomen. Agarró mi cabello con una mano y me la dejó ir toda, mis rodillas estaban separadas y sus bolas rebotaban en mi cuerpo, seguía con la resaca, pero ésto lograba que las sensaciones en mi cuerpo fueran más intensas. 

A veces sacaba todo su pene y metía sólo la puntita, con mi dedo índice acariciaba la venita, estaba súper empapado. Tuve mi primer orgasmo con esa penetración lenta y sentí escurrir todo mi jugo. 

Continuamos haciéndolo, a ratos me calentaba demasiado y me giraba para decirle  que si me dejaba chupársela, había dos sabores ahí, el mío y el suyo. Luego continuaba penetrándome con la almohada bajo mi vientre. Seguimos un rato más hasta que sentía que no podía más. Le dije que terminara en mi trasero, así que le apreté para apresurar su final y cuando lo sacó, una parte quedó dentro de mí y otra salpicó hasta mi espalda. 

Escurrieron un poco y me los embarré con el dedo y mis uñas largas, seguí chupando para que él tuviera el mejor final feliz. Mi Navidad fue una vibración continua en mi clítoris mientras me penetraba.

Me puse una bata afelpada y estuve paseándome por la casa con mis tetas descubiertas y enmarcadas con esa tela suave morada. En algunos momentos, se las metía en la boca y dejaba que manoseara mis nalgas, para después seguir recogiendo el desastre de un día anterior. 

Ya en la tarde, me senté en la orilla del comedor y abrí las piernas, andaba sin calzones, así que él podía ver toda mi vagina. Caminó hacia mí y así parado, sacó su pene  y  yo me acerqué para que me lo metiera, y así fue como nos aventamos el segundo del día.

La verdad es que todo nuestro 25 de diciembre consistió en darnos el amor que no pudimos en los días que estábamos lejos. Así que fue un regalo perfecto. Ahora lo difícil será regresar a trabajar y separarnos de nuevo.

Espero que su Navidad haya sido igual de estupenda, cerca de sus seres queridos. 

Les mando la mejor de las vibras y nos leemos la próxima semana.

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