El sexo es relajante y celestial

Sexo 17/05/2017 05:00 Actualizada 05:00
 

Hola, mis chulos lectores, muchas gracias a todos los que me felicitaron, les mando muchos besos de regreso.

El fin de semana grabé un video para un rapero de mi ciudad natal, Marco Gana, la historia es sensual y la canción me encanta; me identifiqué muchísimo, primero salgo en lencería, mientras hago cosas cotidianas en una habitación y después paso a un bar donde bailo con él, espero lo vean pronto. El bar donde se hizo la grabación es de rock y lo amé, me encantó para hacer una sesión fotográfica, tiene una barra hermosa, donde ya me vi acostada y al fondo las botellas. Sí, ya sé que hay muchas fotografías así, pero yo quiero la mía, y otra más parada en la barra sólo en tacones. Cuando tenga la sesión se las presumiré.

Les cuento que fue una jornada cansada y al llegar a casa lo que necesitaba era  descansar y qué mejor para lograrlo que cogiendo, así se descansa de la mejor manera.

Cuando llegué, mi hombre ya estaba acostado, así que suavemente lo toqué, volteó y  ahí estaba yo, parada con un mini vestido y en tacones, su cabeza quedaba justo a la altura de mis piernas, él levantó su mano y comenzó a acariciarlas como dándome la bienvenida. 

Entonces, le dije de manera aniñada: “vamos a hacer cositas”, lo jalé hacia la sala, me acosté y levanté mis piernas para que él lograra quitarme los calzones, se hincó frente a mí, sacó su miembro ya erecto y me lo metió sin problemas.

Sabes que un sexo va a ser maravilloso cuando la lubricación se da natural, resbala muy bien y hasta se escucha distinto. Así  estaba con las piernas sobre mis hombros, mientras él, hincado sobre de mí, me penetraba suave y con buen ritmo, mis piernas aplastaban mis tetas, que se veían desparramadas y enormes. 

Me sentía húmeda y feliz, así que saqué fuerza, no sé de dónde, para montarlo por un rato, y como mi vestido era strapless bastó un movimiento brusco para que él lo bajara y mis tetas salieran botando, mientras yo lo montaba sentía cómo caían con peso.

Agotada luego del trabajo, no resistí demasiado, sólo sostuve mis nalgas al aire para que él, desde abajo, se moviera y me penetrara de manera efusiva; mientras más gemía, más aceleraba las embestidas. 

Luego le pedí que me llenara estando de ‘perrito’, me puse en posición y logró meterla hasta el fondo. Apreté mi vagina para que sintiera mi calor, él salía a momentos para jalársela rozando mi clítoris y yo lo sentía hirviendo. Después de un rato más logró eyacular dentro de mí una parte y lo demás cayó en mis nalgas.

Caliente y escurriendo, me quedé empinada, jadeando. Sólo logré caminar hacia mi cama para desplomarme y quedarme dormida tranquilamente, él llegó a acariciarme y así definitivamente fue un descanso celestial. 

El sexo es relajante y además es un buen ejercicio, ¿cuántas veces a la semana  descansan así?  Nos leemos la próxima semana para encontrarle más ventajas al sexo. Les mando amor y bonitas vibras.

Google News - Elgrafico

Comentarios