Coge cariño a compañero

Sexo 12/07/2017 05:00 Actualizada 05:05
 

Hola mis amores, ya estamos a nada de que llegue el día de conocernos, estoy emocionada, porque a más de un año de leernos, por fin será posible vernos y estar cerquita. Recuerden que deben seguir comprando su periódico todos los días para acumular los cupones.

Me han mandado muchos correos diciéndome que trabajan demasiado y que por eso a veces no logran hacer cosas “emocionantes”, pero vaya que se puede. Trabajan hombres y mujeres juntos, entonces ¿qué es lo que los detiene? No sé si sea yo o así sucede siempre, pero creo que son normales los romances en el trabajo.

 He tenido varios del estilo y debo admitir que lo más rico es el ver a esa persona que te acabas de comer hace unas dos horas, trabajando como si nada pasara, caminar frente a él para provocarlo y ver cómo trata de controlarse porque están en horario de trabajo y, lo mejor, nadie puede saber.

Trabajé muy poco tiempo de demovendedora en una tienda grande y para poder recibir  productos para dar las pruebas, entrabas por un pasillo que estaba detrás de los anaqueles a un cuarto, ahí estaba todo. Casi acabando de entrar, no tenía  idea de qué debía hacer. Llegué y vi a todos tomando sus productos y yo estaba ahí parada, como turista, viéndolos pasar, cuando un chico me empujó leve con una mesa y me dijo: “Te llevo a tu lugar de trabajo”; se me hizo tierno su detalle, pero como siempre creí que sólo era por quedar bien el primer día.

Diario hacía lo mismo, a pesar de que yo ya sabía todo el procedimiento, él con gusto me ayudaba a acomodarme. Eso y ver sus brazos cargando los productos pesados me fueron llamando la atención. De ahí, pasamos al coqueteo, a rozarnos las manos, pellizcarnos las nalgas de vez en cuando y hasta darnos besos de piquito cuando nadie nos veía. Un día llegué más temprano y lo vi parado en el pasillo volteando hacia arriba, le pregunté  que hacía y dijo: “Viendo que no hay cámaras aquí”; cuando apenas volteé para ver, me agarró y me plantó un beso tremendo, esos donde la lengua no incomoda, a pesar de que casi te toca las anginas, me encendí rápido y cuando su mano empezó a acariciarme la vagina, ya anhelaba poder tenerlo dentro.

Escuchamos cómo iban llegando los demás compañeros y no me quedó más que acomodarme el pantalón y casi llorar por el cortón que me di al escuchar que alguien iba pasando. Durante todo el día, estuve sintiendo punzadas en la vagina, imaginándome cómo sería coger con él.

Ya en la noche, vi que no me ayudó a recoger mis cosas, supuse que ya había obtenido lo que quería. En el pizarrón del cuarto de productos estaba escrito mi nombre para hacer limpieza, cosa que odiaba, te tardabas horas acomodando y limpiando, y sólo puedes empezar cuando ya todos se fueron, para que esté todo el material en el cuarto. Cuando todos salieron, entró él y pude ver a través del pantalón negro que ya tenía el pene súper parado, volteé a la cámara y luego vi esa sonrisa que te dice: “Hoy vamos a comernos los dos”, cerré los ojos y sentí cómo me estampó contra la pared.

Corazones, la próxima semana continuamos, porque quiero platicarles cada detalle del cogidón que me dieron. Los adoro y les mando mucho amor.

Google News - Elgrafico
Temas Relacionados
sexo y trabajo Deseo placer sexual

Comentarios