Helena Danae
Hola, mis chulos, hoy vengo a presumirles que me fui el fin de semana con Eva Davai (twitter: @EvaDavai) a Querétaro, estuvimos ahí con amigos y el buen Renato, normalmente no sé qué esperan que se haga en una fiesta donde hay varios actores y actrices porno juntos.
Tendremos una reunión próximamente en donde estarán varias amigas y amigos del medio, y una amiga mía fuera del ámbito me dijo: “¿Oye, y no se pone punk la situación entre tanta celebridad?”. Se refería a que de pronto la fiesta diera un giro de reunión a orgía, y pues la respuesta es no. A pesar de lo que se podría esperar, nuestras reuniones son tan normales, bueno… la mayoría, sólo es beber, platicar, bailar o en mi caso hacer el intento, me gusta, pero no soy muy buena, divertirnos, en algunos casos hasta cocinar; el sexo no rige nuestras vidas y sabemos cómo, cuándo y dónde hacerlo y dónde no.
En la reunión con Eva disfrutamos comida ucraniana, bebimos y hablamos mucho, creo que yo ya no tengo la misma condición de antes, a las cuatro tuve que irme a la camita como la buena chica que soy, otros se quedaron hasta el amanecer, casi a medio día, mis respetos por su condición.
El año antepasado hubo una reunión donde sabíamos que podíamos despilfarrar sensualidad, terminamos nalgueándonos a ver quién aguantaba más, muchas fotos con muchas chichis por todos lados, culos en tanga bailando en la sala, y algunas chicas demostrando sus habilidades para excitar a los hombres por medio de un baile sensual.
Sé que tengo lectores que les gustaría escuchar nuestras historias o pláticas, saber cómo vivimos nuestros días y otros preferirían ir a esas reuniones, donde se ven mujeres corriendo detrás de otras con las tetas de fuera y una cerveza en la mano. Yo disfruto de las dos.
Es aquí donde les quiero preguntar ¿qué esperan de mí en este espacio que es para ustedes, sólo relatos eróticos o les gustaría que les contara también de mis actividades, aunque no tengan nada de tema sexual?. Es bueno saberlo, para poder consentirlos un poco más, entonces ya saben a dónde escribir sus sugerencias que, prometo, serán todas atendidas.
En otro tema, camino a Querétaro, me entraron las ganas indomables por bajarme los pantalones y los calzones, empinarme en el asiento del copiloto con mi culo apuntando hacia la ventana y comenzar a chupársela al conductor, así podría hacerlo feliz a él y a uno que otro camionero y trailero que pasara a nuestro lado.
Debo admitir que dicha maniobra la intenté, pero entendí varias cosas, que les voy a contar ahora:
Por ejemplo, cuando empecé a mamársela, mi cuerpo estorbaba un poco para que él hiciera los cambios de velocidades, aún así seguí chupando, pasaba mi lengua por su cabeza y movía mis nalgas como bailando al compás de la música, él me metía un dedo atrás y con el otro me masajeaba, hasta que tuvo que frenar y me di un pequeño golpe con el volante, en primera instancia, el carro debería ser automático para que sea más práctico, pero prefiero no volver a intentarlo. Es poner en riesgo la situación, además de que no llevas el cinturón de seguridad, y puede pasarles lo que a mí.
Así que está descalificado, no más sexo oral en movimiento, primero la seguridad, aunque queda una buena experiencia. Mejor nos paramos y abrimos las puertas para que no resultara tan obvio.
Y él así parado, yo hincada y con un buen paisaje le doy su buena mamada. Hasta que me los eché todos en la boca o por qué no, en la cara. Entonces sí a seguir conduciendo con todos los estándares de seguridad.
Ya saben mis chulos que quiero leerlos en mi correo [email protected]. Les mando besos súper húmedos y hasta el próximo miércoles.