Mi primer Día de Madres

Sexo 10/05/2017 05:00 Actualizada 05:03
 

Hola, mis chulos y chulas lectoras, este es mi primer año que festejo el Día de las Madres, y aunque la mayoría de quienes me leen esperan un relato cachondo, saben que esta columna también  es para que me conozcan más y que si yo trato de cambiar un pedacito de sus vidas para bien y lo logro, me hará demasiado feliz.

Por años, he visto a mujeres que se atormentan por su cuerpo, porque tienen estrías, pancita, piernas delgadas, gordas, cabello rizado,  lacio, quebrado, nos buscamos  defectos. A veces es   cierto que entre mil comentarios bellos   fijamos la mirada en el que diga “se ve mal”, así somos. 

Desde siempre luché porque una mujer se amara tal y como es; yo tengo estrías en las pompis desde la secundaria, y para algunas eso era de muerte, yo simplemente aprendí a amarlas y a decir que era un sexy tigrecito. Pero ahora que fui mamá vino mi prueba de fuego, y entendí el dicho “es fácil decirlo,  pero qué difícil es hacerlo”. 

Teniendo un cuerpo esbelto, un abdomen plano sin necesidad de hacer ejercicio, unas tetas grandes y de buena forma,  subí 19 kg en mi embarazo, aumenté una copa de sostén, mi piel se oscurecía y mis pezones se hacían cada vez más grandes. 

Cuando nació mi bebé vino la mejor parte, no sufrí de estrías en todo el embarazo, pero cuando bajé gran parte de esos 19 kg y mi cintura dejó de ser de 103 cm, aparecieron esas rallas en mis pompas y debajo de mis tetas, enormes, como si Freddy Krueger se hubiera divertido conmigo. 

Al verme al espejo no puedo evitar ver esa enorme cicatriz de la cesárea, que más que un gusto fue necesaria, roja y gruesa por no poder guardar reposo. Así soy yo ahora, este es mi cuerpo, y no puedo negarlo, me ha costado trabajo admitirlo, y es que vivo de un negocio, donde  lo que se vende es la imagen, ¿cómo no cuidar lo que se está ofreciendo? 

Sin contar, claro,  los comentarios negativos de “se te ven las tetas más colgadas” “te ves más gorda” “se te ve la cesárea”, pues sí,  esa soy yo ahora y debo decir con toda sinceridad que quien guste seguirme verme y aceptarme así como yo he logrado aceptarme, les seguiré dando más material, pero a quien no le guste todos estos defectos, pueden buscar otra actriz que no tenga todos esos detalles, porque, vaya esa es Helena ahora. Y es que no me imagino qué hombre se esté masturbando y deje de excitarse por ver una cicatriz en vez de enfocarse en unas tetas que antes eran C y ahora son copa D. No me entra en la cabeza.

El punto es que  no tenemos por qué ser una Kardashian, somos hermosas como somos y nuestros cuerpos tienen memoria, cada tatuaje, cada estría, cada cicatriz tiene una historia que nos ha formado como las personas que somos hoy en día, y en vez de tratar de cambiar para agradarle a alguien, creo que deberíamos de cambiar de público para encontrar al que nos valore por cómo somos y quienes somos, para todo hay gustos y seguro habrá quien nos adore tal y como estamos.

¡Felicidades a todas esas mamis que han dado gran parte de sus vidas para crear de este mundo un lugar mejor, al educar a  sus hijos fuera de prejuicios y enseñarnos  a amarnos los unos a los otros, tal y como somos, feliz día!   

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