Me dio servicio completo

Sexo 10/01/2018 05:18 Helena Danae Actualizada 05:25
 

Hola, mis amores, hoy tengo una vibra hermosa que quiero mandarles a todos y todas ustedes. Helena La Mala hizo de las suyas en su último viaje a la CDMX y no puedo callar más, tienen que saberlo.

Les cuento, llegando a la central de autobuses pedí mi viaje hacia el hotel donde me iba a hospedar, llegué con dos maletas enormes y un tobillo lastimado (al usar  tacones en mi último show), vi el auto acercarse y confirmé las placas. 

El chofer, en su foto de perfil se veía bien, pero en persona lucía mucho mejor. Durante todo el camino íbamos callados, sólo cruzando miradas por el retrovisor, escuchando rock y casi a punto de llegar al hotel empezó a sonar Marilyn Manson, así que algo me encendió. 

Él estacionó el coche y me ayudó con las maletas hasta la puerta, al registrarme, me preguntaron si él era visita o huésped, “visita” contesté. Me ayudó a subir las maletas, metí el equipaje y le pregunté si podía darme un servicio de llevarme a comer y después regresarme a mi hotel, él respondió que sí.

Cuando estábamos comiendo empezó a platicarme un poquito de él y mientras más hablaba más me enamoraba, después de una sopa azteca y arrachera, era hora de regresar al hotel. Mi chofer insistió y pagó la cuenta.

Al llegar a mi destino, yo no podía dejar de verlo y cuando se estacionó, ya no me resistí y lo besé de manera tierna en el cachete, él se quedó ahí con la mano sobre la llave del coche, puse la mía sobre la suya y empecé a besarlo, parecía tierno o tímido, pero respondía, aunque de una manera recatada. 

Bajé del auto y lo tomé por la mano, lo hice brincar de su asiento al del copiloto para que se bajara del coche y nos subimos a mi habitación.

Ahí me quité el vestido y sin botas, él podía ver la venda en mi tobillo, me cargó y me recostó en la orilla de la cama, puso mi pie en su rodilla, me quitó las vendas y  masajeó mi tobillo. Yo no tenía bra, sólo estaba tapada con una sábana, pero sí traía unos chones morados de encaje.

Con mis pies, le subí la playera hasta que se la quitó por completo, entonces entró en acción, se subió en mí y besándome empezó a desabrocharse el pantalón, me bajó los calzones de golpe y mientras chupaba uno de mis pezones metió su pene muy hasta el fondo de mí. 

No tardamos mucho teniendo relaciones y es que algo me hizo parar de golpe, apreté fuerte a su miembro  y cuando lo solté parecía que había estado a punto de venirse, pero yo ya no estaba abajo de él.

Se me antojó meternos  a la tina de baño, caminé y empecé a llenarla, abrí una botella de agua y lo acosté boca abajo, con mis uñas le acaricié toda la espalda, el cuello, su cabello. Él solo suspiraba, me metí a la tina y lo invité a entrar, ahí sucedió el final feliz, la magia, me subí en él y haciendo un desastre en el baño me lo cogí sin parar hasta que terminó. Le besé la comisura de los labios y salí para  vestirme, le pasé su ropa y le pregunté por el costo del viaje...

¿Qué les parece si les platico lo que me respondió en la siguiente columna?

Este año vengo con todo,  con ganas de vivir nuevas experiencias. ¡Los adoro!

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