Hola, mis chulos, una chica me pidió que hablara sobre los juguetes sexuales en esta columna, su problema es el mismo que a muchas nos ha sucedido.
Queremos experimentar nuevas sensaciones y por qué no, otros tamaños y texturas, hasta lograr más orgasmos de los que estamos acostumbradas.
Pero, hay un enorme problema. La comunicación y la confianza, muchas tenemos miedo de decirle a nuestras parejas que queremos probar con un consolador, automáticamente sentimos que le estamos dando a entender que lo suyo no nos gusta o ellos piensan que no nos llenan.
Los conflictos empiezan cuando por vergüenza dejamos de lado nuestras ganas de experimentar y nos quedamos en la rutina. Aburridas y tristes por no vivir más. Y ellos lo notan porque las relaciones son monótonas.
Esta chica tuvo problema al comprarse un consolador a escondidas de su chico y cuando él lo encontró no se enojó, sino que se decepcionó, porque creyó que ella jamás había disfrutado del sexo con él.
Esto es algo que jamás debería pasarnos, es como cuando un hombre nos pide sexo anal y creemos que es porque ha estado con otra chica y de ahí sacó la idea. Pero no es así, todo sea siempre por experimentar y jugar más.
El otro día estaba con mi chico y mientras lo hacíamos comencé a meterme los dedos por detrás, era rico, pero necesitaba más. Hay consoladores delgaditos, así que yo usé uno para darme más placer. Veía su cara y me daba cuenta de que él también lo disfrutaba. Jamás pregunté exactamente qué sentía. Pero veía su cara de placer.
Obtuve varios orgasmos, era penetración doble. Algo delicioso. No siempre debes sustituir a tu chico por un consolador, también puedes jugar con ambos como buena golosa.
Y a veces es bueno que él te haga un buen trabajo con el consolador en su mano. ¿Ustedes usan juguetes?
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