Ahora, él me dio duro y se fue

Sexo 05/07/2017 05:00 Actualizada 05:06
 

Cuando volteé lo vi, recargado en la pared, con un pie cruzado y el dedo en la barbilla, sonriéndome. Se acercó a mí, me puso las manos sobre los hombros y me puso de rodillas. Sabía lo que quería, bajé su cierre y comencé a chupársela. 

Esta vez ya estaba preparado, su miembro estaba hinchado y sentía cada una de sus venas en mi lengua. Acariciaba mi cabello con delicadeza y me empujaba suave para que se me fuera toda hasta adentro. Me levanté, lo jalé de la corbata y me senté en el lavamanos, así me gusta estar siempre, ver cómo me la meten. Estaba cogiéndome suave y mordiendo mi oído, ahora él tenía la situación bajo su mando. Yo estaba extasiada con su forma de cogerme y el aroma de su perfume. Empecé a apretarlo con mi vagina y cada vez se le ponía más duro. Nos interrumpieron, uno de los fotógrafos tocó la puerta preguntando si estaba todo bien, yo traté de responder, pero ahora él se estaba vengando, comenzó a cogerme más duro y se escuchaba como mis nalgas rebotaban en sus muslos, traté de controlarme, pero no pude y grité “dame cinco minutos”. 

El fotógrafo giró el cerrojo de la puerta para abrirla, pero supongo que entró en razón y cerró la puerta, me avisó que si necesitaba algo le avisara. Me cargó y así estaba cogiéndome con mis piernas en sus brazos que con la fuerza marcaba lo grueso que los tenía. Sudando me dijo que estaba a punto de terminar, le dije que no podía venirse dentro y cuando estaba a punto de sacarla, apreté con mi vagina y lo jalé de la corbata para que no se quitara, no supo qué hacer y no logró contenerse, se vino y sentí cómo escurrió su semen y mi flujo por las piernas. 

La pequeña travesura de mentalizarlo a terminar afuera y obligarlo a hacer lo contrario hizo más rica su venida. Cuando me bajó, mis piernas temblaban, se subió el cierre, se acomodó la corbata y me dio una nalgada y sin decirme más se salió del baño.

Esta vez me la aplicó a mí. Me quedé por un rato en shock, pues no estoy acostumbrada a que me ganen o se salgan con la suya. No me quedó de otra que vestirme y salir con un poquito de vergüenza, porque obviamente los fotógrafos sabían lo que había sucedido.

Este final fue a petición de mi sexy lector, espero les haya gustado esta anécdota o fantasía, la verdad si se hace realidad creo que quedaría contenta. 

Y tengo muchas cosas que platicarles, mis chulos lectores, una de ellas es que este show en Puebla estuvo genial.  Además estoy tan contenta porque julio es el mejor mes, es el de mi cumpleaños, y lo voy a celebrar con mis amados lectores de El Gráfico, con quienes voy a convivir y a responder preguntas  el próximo miércoles 19 de julio. Por lo que deben estar muy pendientes y comprar el periódico todos los días, pues saldrán los cupones con los que van poder participar en la dinámica para ser los elegidos.

 Estoy feliz de que cada día se nos unan más personas y quiero llegar muy lejos junto con ustedes, saben que soy libro abierto y si tienen algo que platicarme soy su amiga en mis correos. ¡Nos leemos la próxima semana!

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