Mi primera vez...

Sexo 04/05/2016 05:00 Actualizada 11:38
 

Hola mis lectores chulos, como les adelanté la vez pasada, en esta columna les platicaré mis experiencias dentro y fuera del mundo del porno; desde que llegó a mi vida la oportunidad de ser actriz y de las aventuras que he pasado —para bien y para mal—, como mi primera Expo Sexo, mi primera escena hardcore y hasta la primera vez que posé desnuda frente a una cámara. 

Aquí mi anécdota de hoy…

La primera vez que me desnudé para un fotógrafo fue simplemente mágica. El escenario  fue un lugar de aguas termales en Aguascalientes, mi tierra. Ya había posado para él como modelo, pero vestida, jamás lencería.  Junto conmigo iba una amiga para apoyarme con los cambios de vestuario, el peinado y todas esas cosas.

Comenzamos  con tiros normales, con ropa y con la timidez encima. Mientras escuchaba el agua caer para que se llenara la alberca, algo me relajó, así que empecé a desvestirme hasta quedar en lencería. Así, me metí a sentir el agua para jugar un ratito. Empecé a desabrochar mi brassier, como si estuviera a solas en mi habitación, como algo muy natural. Me lo quité y sentí el agua caliente en mis pezones, mi amiga y el fotógrafo estaban viendo las tomas en la cámara y cuando voltearon, yo estaba dándoles la espalda con los calzones abajo.  Ellos vieron mis nalgas y creo que se sorprendieron un poco cuando me agaché a agarrar mi tanga, porque  pudieron conocerme muy a fondo. 

Cuando volteé  nos empezamos a reír, porque al principio dije que sentía pena al quitarme la ropa frente a alguien más; sin embargo, no fue así,  y es que algo dentro de mí me hacía sentir ligera y feliz sin nada puesto.

 Nadar desnuda es algo exquisito y si pudiera lo haría siempre que entro a alguna alberca o visito la playa.

Continuamos con la sesión de fotos y  yo me solté mucho más. Ahí descubrí que me agradaba estar así, desnuda transmitiendo el deseo.  

Algo que comenzó a motivarme más era imaginar la cara de mi novio al ver las fotografías, lo caliente y feliz que se iba a poner de ver la sensualidad que derrochaba y es que hasta yo me asombré por la naturalidad con la que posaba. 

Terminamos la sesión. Salí del agua, me vestí y comencé a ver las fotos. No lo podía creer, parecía como si me hubiera transformado frente a la cámara, porque la seguridad  se veía en mí y mi cuerpo lucía radiante.

Cuando llegué a casa, le mostré las fotografías a mi novio; quedó impactado porque a pesar de que siempre he sido una chava desmadrosa y de mente abierta, no creímos que mi primera vez desnuda frente a una cámara fuera tan exitosa.  De pronto, sin decir nada, él se lanzó sobre mí, comenzó a besarme y terminamos haciendo el amor de una manera estupenda. 

Me estrujó más fuerte, más rudo, como si esas fotos hubieran detonado en los dos algo que nos prendió más que cualquier otro día. Recuerdo que tuvimos sexo anal y fue de lo más increíble; creo que por ahí, entre mis cosas personales, debe estar el video.  Debo admitir algo: me excité mucho al recordarlo, y aunque  por hoy es  todo, la próxima vez les describiré ese video.

Mándame dudas o comentarios a [email protected], con gusto las publicaré en mi columna todos los miércoles.

 

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