Estimados lectores de El Gráfico, en estos días en los que la mayoría de nosotros estamos organizando nuestro tiempo y transitamos por las conflictivas ciudades para asistir a múltiples reuniones con familiares, amigos o compañeros de trabajo en desayunos, comidas y cenas o estamos en las tiendas comprando regalos, trabajando, viajando o realizando cualquier actividad, de pronto nos damos cuenta que en lo que menos esperamos se terminará un año más.
El pasado fin de semana, mi hijo y yo estuvimos de gira en las ciudades de Tijuana, Chihuahua, y Ciudad Juárez, en donde el público nos recibió con enorme cariño así como nuestros compañeros y promotores.
Fue una gira muy enriquecedora y divertida porque además del enorme placer de viajar junto a Santo Jr., me reencontré con amigos muy queridos que radican en estas ciudades y otros más que tenía muchos años de no ver dentro de un vestidor.
¡Y el 2016 ya se terminó!, para mí fue un excelente año por múltiples razones pero Indiscutiblemente lo mejor fue ver debutar a mi hijo y saber que nuestra dinastía continuará por muchos años más en manos de este joven al que hice llamar Santo Jr. y seguirá el grito de ¡Santo, Santo, Santo! tal y como mi padre siempre lo anhelo, seguirá vivo en las arenas de la República Mexicana y el extranjero, ahora con esta tercera generación.
El debut de Santo Jr. el 2 de julio del 2016 en Londres, Inglaterra, quedará en la historia de la lucha libre. Otra razón por la que este año será inolvidable para mí es haber subido al ring de compañeros.
Así que en estos días en que muchos estamos de festejo, yo solo tengo que agradecer a Dios y a la vida por ser afortunado y recibir tantas bendiciones. Igual que a muchos de ustedes a mí también me invade la alegría, la felicidad, la reflexión, la gratitud por un año más de vida, salud y éxitos.
Lamentablemente a muchos otros los acosa la tristeza y la nostalgia. A esas personas que están presos por una injusticia o que están padeciendo alguna enfermedad de gravedad, a esas personas que perdieron un ser querido y el llanto los invade, especialmente hoy les envío un abrazo con mucho cariño.
A todos mis amigos y compañeros de este diario les deseo lo mejor, sobretodo paz y mucha fortaleza para los tiempos que se avecinan.
Finalmente y lo más importante es mantener viva esta bella tradición de la Navidad y en medida de nuestras posibilidades, poner luces, adornar el arbolito, colocar el nacimiento, organizar una posada, comer romeritos y los platillos típicos de la época además de estar con nuestra familia.
Les deseo que mañana disfruten al máximo de una feliz Nochebuena y una alegre Navidad.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
