Amigos hasta la muerte

Deportes 17/02/2017 05:00 El Hijo del Santo Actualizada 05:05
 

Cuando estén leyendo esta página yo estaré festejando un año más de vida ya que nací un 17 de febrero. Agradezco mucho a Dios cada día de vida y la oportunidad de disfrutar a mis hijos y mi esposa, así como a mis amigos.

Ahora que pasó el 14 de febrero, en que celebramos “El Día del Amor y la Amistad”, recuerdo que mi papá me decía: “Los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de las manos y hasta nos sobran dedos”.

¿No sé qué opinen de este refrán?, pero mi papá y yo estamos de acuerdo; por esa razón, siempre me aconsejó e inculcó ser leal y honesto. 

Mi padre siempre fue muy selectivo para elegir a sus amistades  y realmente fueron muy pocos sus amigos a quienes tuve la oportunidad de conocer  porque estuvieron con él hasta el día de su muerte. Uno de ellos fue Carlitos Suárez, quien lo acompaño en innumerables películas, programas de televisión, giras y presentaciones en México y el extranjero. 

No sólo era su representante. Carlitos también fue uno de sus más fieles e inseparables amigos. Era un hombre en quien mi padre confiaba ciegamente, al grado que dejó en sus manos mi carrera profesional y lo convirtió en mi representante.

Otro hombre a quien mi padre  consideró uno de sus mejores y leales  amigos fue a don Salvador “Gory” Guerrero. Ellos se conocieron en el ring, fueron compañeros de profesión y más tarde inseparables amigos. Mi padre decía que Gory era su compañero ideal y Gory jamás le falló como tal, ni dentro del ring y tampoco fuera de él. 

Cuando El Santo ya era una estrella y campeón nacional de peso medio, don Salvador era un destacado y joven preliminarista. Fue así que el domingo 19 de noviembre de 1944,  El Santo aceptó que hicieran pareja, dándole la oportunidad de ser su compañero en una  lucha estelar para enfrentar a Bobby Bonales y Jack O'Brien. 

Según mi padre este fue un match histórico en donde unieron sus rudezas y se acoplaron a la perfección.

De ahí en adelante, según sus palabras, su acoplamiento rindió frutos porque pensaban y actuaban igual sobre el ring, como si se dictaran telepáticamente cuál era la estrategia y el procedimiento a seguir. 

De esta manera surgió “La Pareja Atómica”. Fueron literalmente invencibles durante los años que permanecieron juntos y eran tales sus triunfos y escándalos en cada lucha que muchas veces terminaron tras las rejas. 

Años después Gory emigró a los Estados Unidos y la pareja de desintegró, mas no así su gran amistad, que continuó siempre gracias a que entre ellos no existía la competencia, la envidia, ni los celos; entre ellos solo había cariño y admiración mutua. 

Su pacto: ¡Luchar como uno solo! su lema: ¡Triunfar a como dé lugar!

Hoy envío mi más sentido pésame a la familia de Gory Guerrero, en especial a su esposa doña Herlinda Yáñez, por el fallecimiento de su hijo mayor Chavo Guerrero, el pasado 11 de febrero. 

Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras. 

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