Viernes 13

Deportes 13/05/2016 05:00 El Hijo del Santo Actualizada 13:00
 

Hoy viernes 13 es un día que para muchas personas es de mala suerte. Según la historia de la humanidad se dice que el número trece, desde la antigüedad, fue considerado como de mal augurio ya que en la Última Cena de Jesucristo trece fueron los comensales; la cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. 

También una leyenda escandinava cuenta que según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el  invitado 13. En el tarot este número hace referencia a la muerte. También el 13 se relaciona con  uno de los ángeles de la muerte. 

No sé si ustedes sabían o se imaginaban que El Santo era supersticioso y esto le sucedió desde que un día se fue de pinta con unos amigos. ¡Pero quién mejor que él mismo para que nos platique lo que le ocurrió!

Papá:  me gustaría que compartieras con mis fieles lectores de El Gráfico lo que te pasó aquel viernes 13 de septiembre de 1929.

“Bueno,  hijo, tenía 12 años de edad y en la escuela conocí a un compañero de clase con quien simpaticé y nos hicimos muy buenos amigos. Sólo había un problema con este nuevo amigo: me enseñó a ‘pintar venado’.

“Así conocí El Peñón, un lugar con muchos árboles que trepábamos y donde cortábamos mezquites; el Bosque de Chapultepec y otras tantas veces íbamos a nadar al parque Venustiano Carranza. Pero sin duda mi lugar preferido estaba situado al final de Balbuena. Ahí existía un lago ya desaparecido, con aguas cenagosas y cuyo paraje bautizamos como La Selva Negra; era un lugar sombrío y rodeado de árboles, al cual no sólo llegábamos nosotros, también lo hacían pepenadores y papeleros.  Ahí nos bañábamos y chapoteábamos exponiéndonos  a contraer alguna enfermedad infecciosa de piel o en los ojos.

“En una de esas andanzas en que nos fuimos a ‘pintar venado’ o ‘de pinta’, sucedió algo premonitorio: a mi amigo y a mí se nos unió un amiguito más. Era un viernes 13 y decidimos  ir por el rumbo al Bosque de Chapultepec; íbamos caminando tranquilamente cuando vimos cómo las ruedas  de un coche mataban a un gato negro y nuestro nuevo amigo dijo: ‘¡A uno de nosotros le va a pasar algo!’

“No le di importancia al comentario,  pues nunca había sido supersticioso, pero llegando a mi casa me encontré con la noticia de que unos delincuentes habían golpeado y asaltado a mi padre, quien tenía pocos días de haber llegado a la capital y recordé las palabras de mi amigo.

“A consecuencia de los golpes recibidos con una pala, mi padre falleció y ese dolor tan grande me hizo reflexionar, dejé de ‘pintar venado’ y todo cambió radicalmente con su muerte , ya que mis hermanos y yo tuvimos que dejar la escuela y buscar empleo”.

Gracias papá, sabemos que te  gustaba la construcción,  pero jamás pasabas por debajo de una escalera, eras cuidadoso con los espejos para no romper alguno y muy rara vez te vestiste de color amarillo. ¡Ah!  y no era de tu agrado visitar panteones.

Sin embargo,  el viernes 13 de diciembre de 1968, ya como El Santo, recuperaste el  campeonato mundial de peso medio derrotando al  campeón René Guajardo.

“Así  es, hijo, y seguramente muchos martes y viernes 13 gané innumerables batallas que ahora no recuerdo”.

Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.

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