Diana Angélica descansa en paz

31/03/2015 03:00 Lydiette Carrión Actualizada 22:00
 

El pasado jueves 26 de marzo, familiares y amigos se dieron cita en el Parque Memorial para dar el último adiós a Diana Angélica Castañeda Fuentes.Diana Angélica, de entonces 14 años, fue vista por última vez la tarde del sábado 7 de septiembre de 2013 cuando salió de su casa en Los Héroes, Ecatepec.

La buscaron más de un año, hasta que el cuerpo de la jovencita fue identificado a inicios de octubre de 2014; pero pasarían cinco meses de trámites más para que la familia pudiera tener los restos y darles sepultura.

Los familiares y amigos iban, en su mayoría, de negro; pero las madres de otros desaparecidos —mujeres que se convirtieron en otra familia para María Eugenia— iban de blanco, con los rostros de sus hijos impresos en playeras.

Ahí estaban Araceli González, con la foto de su hija, Luz del Carmen Miranda González, desaparecida desde 2012, en Ecatepec, a los 14 años; estaba Amparo Vargas, madre de Eva Cecilia Pérez Vargas, desaparecida y asesinada cuando tenía 16 años, por el violador y asesino serial César Armando Librado Legorreta, El Coqueto.

También Neida Lemus, madre de Syama Paz Lemus, hostigada por redes sociales y desaparecida desde octubre de 2014, a los casi 17 años. Los familiares de Arisbeth Sánchez Izalde, secuestrada con violencia en febrero de 2013, a los 15 años; Rocío Uribe, mamá de María Fernanda Tlapanco Uribe, desaparecida en Naucalpan en abril de 2012, a los 14 años, entre muchos, muchas más.

Se dieron cita en el Parque Memorial, un panteón de lápidas ordenadas e idénticas entre sí, las cuales sólo se distinguen por los arreglos de flores o rehiletes que los deudos colocan.

El sol caía a plomo. Los asistentes se protegían bajo sombrillas y una carpa, mientras escuchaban las palabras del padre católico. Luego, algunos amigos dieron discursos también. De entre ellos, sobresalió la promesa de una jovencita con jeans entubados y cabello muy largo, oscuro y lustroso. Sus ojos dulces y brillantes estaban inflamados por las lágrimas; debía tener unos 16 años, la edad a la que se acercaría Diana Angélica si estuviera viva, si no hubiera sido levantada de la calle, agredida y asesinada con impunidad (no hay detenidos hasta ahora). Esta jovencita dijo en voz alta que Diana era su mejor amiga desde que tenía 4 años; que “Diana era una niña muy fuerte”, y la “hermana que no tuve”. Prometió ahí, frente a la tumba de su amiga arrebatada, que “cuando crezca lucharé por acabar con la injusticia en este país”.

Otros más hablaron; miembros de organizaciones sociales y políticas. Después una mujer mayor cantó estrofas dulces, mientras los trabajadores cubrían de tierra el féretro de Diana.

Como publicó El Gráfico, la mañana del 7 de septiembre Diana platicó con amigos, amigas y también con su mamá, a través del Facebook. El último estatus que escribió Diana en su muro fue “Amo a mi mami”.

Al terminar de comer, pidió permiso para visitar a una amiga. Dejó el celular en casa, con la sesión del Facebook abierta. Así fue como su familia sabría después que esa tarde Diana se vería con una amiga y de ahí irían a una tardeada. Pero Diana jamás llegó a la casa de la amiga.

Diana dejó su hogar antes de las 4 de la tarde; un vecino la vio caminar sobre una calle paralela a la carretera Lechería-Texcoco. La muchacha caminó otro trecho, pasó una caseta de policía y subió el puente peatonal que cruza la carretera. Ahí la vio un amigo de su hermano mayor. Esta es la última persona que la observó con vida.

“Diana era una niña muy fuerte, y la hermana que no tuve. Cuando crezca lucharé por acabar con la injusticia en este país”.

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