A un año, nadie busca a Luzma

26/08/2014 03:00 Lydiette Carrión Actualizada 22:23
 

Hace más de un año Luz María salió de su casa, en la colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec. Nadie la ha vuelto a ver desde entonces. El 8 de agosto de 2013 la señora Yolanda Jiménez Alonso pidió a su sobrina Luz María Jiménez Pérez, de entonces 13 años, que fuera a la farmacia por un medicamento.

Era mediodía. La señora Yolanda, una mujer de edad avanzada, preparaba el almuerzo para ella y para su sobrina Luzma, a quien había adoptado desde que ésta tenía cuatro años. Después de comer viajarían desde su hogar hasta el Distrito Federal para una consulta médica de la tía.

—¿Vas a querer pollo o un huevito con tus chilaquiles? preguntó la señora Yolanda.

—Ahorita que llegue de la farmacia, veo, mamá, dijo la niña y salió de casa. No se llevó suéter, ni mochila o bolsa. Sólo el dinero del medicamento.

Doña Yolanda puso al fuego los chilaquiles e hizo algunos otros quehaceres. Los chilaquiles quedaron listos. El reloj marcó las 12:30 horas, las 12:40, luego las 12:45. “Esta niña se debió haber quedado platicando con alguien”, pensó y salió a buscarla.

Había dos rutas para llegar a la farmacia: sobre la calle Playa Tijuana o por Nicolás Bravo. Doña Yolanda tomó la primera por ser la más rápida, llegó al lugar y preguntó a la empleada, a quien conocía.

“Sí pasó por aquí, compró el medicamento y se fue”, respondió la mujer. Pero no puso atención hacia dónde se dirigió. Doña Yolanda caminó de nuevo por Playa Tijuana, recorrió la Nicolás Bravo y se dirigió a casa de la mejor amiga de Luzma, sobre la calle en la que viven. Su amiguita no la había visto. Llamó a otros familiares para que la ayudaran a buscar, ya que ella está enferma. Los vecinos se sumaron a la búsqueda.

CÁMARA ESPANTAPÁJAROS
Los familiares observaron que sobre una de las calles que Luzma recorrió había una cámara de la red de seguridad pública. Solicitaron que ésta se revisara.Ahora se sabe que esa cámara no funcionaba desde hace mucho tiempo. Sólo estaba ahí como un método de “disuasión”, explica Fabiola Jiménez, tía de Luz María y quien está al tanto de la investigación.

También hubo una pista falsa. La familia, en su desesperación, imprimió volantes con el teléfono de la casa. A los pocos días de la desaparición, un hombre llamó a la familia. Aseguró que la tenía y pidió dinero. Los ministeriales investigaron el teléfono, era de Oaxaca. Hicieron un viaje a esa entidad y dos días después detuvieron a una persona. Eran un extorsionador. No tenía a Luzma.

Luzma es descrita como una adolescente tímida, un poco retraída y muy apegada a su tía abuela, quizá por haber quedado huérfana muy joven. Delgada, morena, con cara de niña, ha sido estudiante de excelencia. Antes de desaparecer iba a pasar a tercero de secundaria.

“Es como si se la hubiera tragado la tierra”, refiere Fabiola Jiménez. Se duele, nadie la está buscando. Para la policía del estado de México, la niña se fue por propio pie. No importa que haya salido de casa sin dinero, teléfono o ni siquiera un suéter. Tampoco importa que sólo tuviera 13 años al momento de desaparecer. El ministerio público acusó a la tía abuela con quien vivía, de tratarla mal. Pero, advierte Fabiola, esto es mentira. “Después de ser víctimas, las autoridades nos hacen victimarios. Yo les he dicho que primero la encuentren y ya después, si quieren, nos meten a la cárcel”.

El caso se encuentra en la mesa de San Agustín, estado de México, donde se encuentra detenido, sin avanzar, sin que a nadie le importe. La familia ha colocado una denuncia en la PGR, pero tampoco ha habido avance.

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