Fue baleada el 15 de enero en su casa

19/01/2016 13:48 Actualizada 13:48
 

El viernes pasado, alrededor de las 7:00 de la noche, Cornelia Guevara abrió la puerta de su casa, iba a atravesar los pocos pasos de patio hasta alcanzar el portón que la llevaría a la calle. Se dirigía a un mandado. Pero entonces vio a tres hombres; al parecer se habían saltado la barda.

Cornelia gritó, corrió de nuevo al interior de la casa. Uno de los agresores le dio alcance, la metió en un baño. Ella siguió gritando. Se escucharon tres balazos y los gritos dejaron de oírse.

Así fue como el viernes 15 de enero de 2016 fue asesinada la señora Cornelia Guevara Guerrero al interior de su hogar, en el poblado de Los Reyes Acozac, estado de México. Todo indica que este crimen está vinculado a la búsqueda de su hijo Oswaldo Espejel Guevara, quien fue secuestrado el 7 de agosto de 2012 y que hasta la fecha continúa desaparecido.

Desde que Oswaldo desapareció, Cornelia lo buscó incansablemente. Gracias a sus investigaciones hay dos detenidos en la cárcel —entre ellos quien fuera esposa de Oswaldo— y una investigación avanzada. Cornelia no se rindió hasta que le quitaron la vida.

LA DESAPARICIÓN DE OSWALDO. Espejel Guevara desapareció el 7 de agosto de 2012. Entonces tenía 35 años y era padre de tres hijos. Lo sacaron de una pequeña propiedad en Santa María Ajoloapan, estado de México, en la que se estaba quedando por las noches, ya que se habían metido a robar recientemente, aunque su domicilio también se encontraba en Los Reyes Acozac.

Cornelia, madre de Oswaldo, supo del secuestro un día después. En casa temían que enfermara de preocupación, por eso no le querían decir. Pero finalmente no pudieron ocultar los hechos.

La primera sospecha que tuvo Cornelia fue cuando Angélica, esposa de Oswaldo, dijo que probablemente había sido secuestrado sin ropa, ya que en la casa estaban todas sus prendas y únicamente faltaba una cobija y una sábana.

Luego, cuando su nieta le dijo que un día antes del secuestro su mamá Angélica le dijo que “ya se iban a mudar”.

Al inicio, Angélica acaparó la investigación. Pero pasaron los meses, pasó el año. Cornelia, cansada de esperar, comenzó a buscar ella misma a su hijo.

Empezó a recorrer los Semefos del estado de México. En el de Barrientos conoció a varias madres que pasaban por lo mismo: la desaparición de un miembro de la familia. Se unió al pequeño grupo “Deudos y defensores por la dignidad de nuestros desaparecidos”. La ayudaron a investigar.

Así fue que Angélica pasó de ser la esposa a ser sospechosa y luego detenida. Posteriormente un hombre sería detenido también. Había más sospechosos.

Los familiares de desaparecidos que conocieron a Cornelia la recuerdan como una mujer afectuosa. “Se hacía querer”. Vendía cocoles de pan y dulces mexicanos para ayudarse en la búsqueda de Oswaldo. 

La última vez que se reunieron, un martes antes de que la mataran, Cornelia comentó que tenía una audiencia importante respecto al caso de su hijo. Pero cierta persona estaba llamada a declarar ante el juez. Ella temía que no se presentara.

La persona que Cornelia esperaba en la audiencia nunca llegó. Después de eso dijo estar desanimada, cansada de tener que perseguir la justicia. Fastidiada de que la justicia tardara tanto. Después de eso fue asesinada.

Es posible que a raíz de este incidente otras madres que buscan a sus familiares en el estado de México reciban medidas cautelares.

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