Clama por saber si su hija está bien

La roja 12/07/2016 05:00 Lydiette Carrión Actualizada 08:56
 

Cuando Yolanda Otero despertó la mañana del domingo 12 de junio, descubrió que su hija María Jocelyn Jiménez Otero, de 17 años, no se encontraba en casa. 

Durante ese día pudo concluir que ella se había ido durante la madrugada, entre las 12 de la noche y las 3 de la mañana: una vecina le dijo que ella despertó a las 3 de la mañana porque su gato comenzó a chillar, se asomó a la calle y vio la puerta de la entrada de Yolanda abierta. Otra vecina, que también salió a la calle a las 6 de la mañana, vio asimismo la puerta abierta.

Pero los testigos no pararon ahí. Otros vecinos explicaron que el sábado anterior también habían visto a Jocelyn platicando en la puerta de su casa con un muchacho. Se trataba de Jesús o Jesús David, de entre 20 o 21 años, que había estado saliendo con la muchacha. A Yolanda no le agradaba el joven, ya que no tenía trabajo o estudio, y desde que salía con él, su hija había cambiado.

Otro testigo fue el hermanito. Confesó que Jesús le había mandado un recado a la hermana con él: que la quería y que se quedara en su casa. Pero el niño no lo comentó con los padres porque, dijo, no pensaba pasar el mensaje.

Pero ya había un antecedente: apenas el 8 de junio, cuatro días antes de que desapareciera, Jocelyn ya se había ausentado de casa. En esa ocasión, Yolanda llamó a Jesús para preguntarle, y él se presentó ante la madre, con cara de compungido; dijo no saber nada y estar también “muy preocupado”. Incluso le “ayudó” a buscarla. Sin embargo, cuando Jocelyn regresó, comentó a su madre que en realidad todo el tiempo había estado con él, en la casa de la madre de él.

Entonces, Yolanda fue a hablar con la madre de Jesús. Y advirtió que su hija era menor de edad, que se podría proceder legalmente y exigió que la dejaran en paz. Pero la madrugada del 12 de junio, Jocelyn desapareció. De nueva cuenta, Yolanda fue a casa de Jesús. Entonces la madre de éste aseguró que Jesús estaba desaparecido también.

Sólo que a Jesús no lo buscan, explica Yolanda. Por ejemplo, la familia  levantó un acta por la desaparición de Jesús, pero hasta el 26 de junio, 12 días después de la supuesta desaparición, y con datos falseados. Por ejemplo, explica Yolanda, difundieron una fotografía de él, pero de cuando tenía 11 o 12 años.

Más adelante, además, la madre de Jesús daría diferentes versiones a las autoridades: pediría que ya no los buscaran, “para que los muchachos no se vayan más lejos”; o que en realidad se habían ido por culpa de Yolanda.

Mientras, sin embargo, pasan los días y Yolanda no sabe si su hija se encuentra bien.

“Me da miedo que mi hija corra peligro”, explica Yolanda. “Yo entiendo que hay muchachos que se van, pero a los 15 días regresan. Si ella estuviera bien, me habría llamado ya. Al menos para decirme que quiere juntarse con el muchacho o que está bien y que la deje en paz”. Y si es así, adelante, explica. Pero Yolanda no tiene manera de saber en qué condiciones está su hija. “La familia de él está hermética, grosera; no tiene idea de cómo son los papás. No sé a qué se dedican. A mí me empieza a preocupar esta situación”.

De Jocelyn no se sabe cómo iba vestida el día que desapareció, sólo que se llevó su ropa más bonita. No llevaba celular ni documentos oficiales. 

“Lo único que quiero es saber que ella se encuentra bien”, finaliza la madre.

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