Lograron encontrarla

05/08/2014 03:00 Lydiette Carrión Actualizada 03:27
 

Dioshado asegura que no hubieran encontrado a su hija de 13 años, raptada por un hombre de 53, de no ser por la difusión que se hizo del caso en redes sociales y medios de comunicación. Y explica cómo es que este mecanismo permitió hallar a la pequeña y detener al individuo que, además, es señalado por otras dos madres de haber abusado de sus hijas. La tarde del 7 de julio de este año, en la cabecera municipal de Atotonilco el Alto, Jalisco, Flor dejó el hogar con rumbo a su entrenamiento de atletismo, en compañía de una amiga. Apenas la semana pasada había ganado dos medallas, por lanzamiento de bala y de disco en una competencia local.

Pasó la tarde. Oscureció. En casa se percataron de que algo no estaba bien cuando dieron las nueve de la noche y Flor no llegaba. La madre, quien se encuentra separada de Dioshado, lo llamó. Buscaron a la amiga con quien salió. La jovencita explicó que cuando caminaban hacia el deportivo, una camioneta Tacoma 97 blanca se les emparejó. El hombre que manejaba era José Alfredo, de 53 años, previo patrón de la madre de Flor. Incluso, la propia niña había trabajado para él un par de semanas, pero dijo que no se sentía a gusto y renunció.

Este fue el individuo que se la llevó.

Los familiares de la niña buscaron al hombre. No lo encontraron. Había abandonado a su pareja, otra muchachita de 14, con quien procreó un niño. Se enteraron que dos semanas antes, José Alfredo había traspasado su negocio de chiles y semillas, y con el dinero que obtuvo se compró una camioneta, la Tacoma blanca modelo 97.

Dioshado siguió preguntando. Varios conocidos agregaron que, antes de desaparecer, José Alfredo había anunciado que dejaría la región. Semanas antes, el raptor cerró varios negocios y asuntos pendientes, y habló con muchas personas. A unas les dijo que iba a ir a Los Cabos para comenzar su negocio allá; a otros, que a Puerto Vallarta o Nayarit.

Todos estos destinos resultaron ser falsos.

El padre difundió la foto de su hija en todas partes: periódicos, publicaciones, redes sociales (Facebook, Twitter), distintas organizaciones de niños extraviados. Estuvo encima de las autoridades. El viernes 1 de agosto, la madre recibió una llamada de celular, desde el propio teléfono de la hija; era Flor y estaba llorando.

— Mamá, ya no me busquen más, y la jovencita continuó llorando.

Con la llamada, las autoridades pudieron ubicar el teléfono. La búsqueda arrojó un poblado: Valle Hidalgo, cerca de Concepción, Jalisco, muy cerca de la frontera con Aguascalientes y Zacatecas. En realidad, nunca habían dejado la entidad. Y así encontraron a la pequeña, y al agresor.

Más tarde, la niña relataría a su madre y abuela que efectivamente, José Alfredo se la había llevado a la fuerza, y la mantenía amenazada. Rezaba todos los días, por escapar, por ser rescatada. El agresor, en cambio, comenzó a ponerse nervioso cuando vio las fotos de ella y de él mismo en todas partes; entonces le dijo a Flor que llamara a su casa y dijera que no la buscaran más; o si no jamás regresaría a casa.

Actualmente la niña está en casa, y José Alfredo detenido, sujeto a proceso. Dos madres más se han acercado a las autoridades, acusan que esta persona también abusó de sus hijas.

Dioshado agrega que actualmente es necesario cuidar mucho a los niños. “No dejarlos solos. Estar muy atentos de ellos. Hay que cuidarlos. Porque ya se están viendo muchos casos de raptos. Mi hija iba sola, nomás iba con la amiga, por eso pudo subirla. Si hubiera ido con la mamá, o con un adulto, quizá no se hubiera atrevido”.

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