El 22 de junio de 1633, Galileo Galilei, de rodillas, totalmente extenuado tras el agotador proceso al que le había sometido el Santo Oficio, proclamaba:
“Abjuro de mis errores y herejías y prometo, de ahora en adelante, no sostener afirmación alguna ni por escrito ni de palabra, que pueda inspirar sospechas semejantes a las que me han llevado ante este tribunal”.
Una comisión del Santo Oficio descalificaba la afirmación de que el Sol sea el centro del mundo y esté quieto y que la Tierra no sea el centro del mundo y se mueva.
Algunos autores afirman que Galileo no pronunció la obstinada frase: “Y, sin embargo, se mueve”, que la tradición le ha atribuido porque bien sabía que las autoridades intransigentes resultaban peligrosas y conducían a la hoguera.
Han transcurrido 384 años de este hecho y ahora sabemos más sobre el movimiento de los cuerpos celestes, algunas de las condiciones atmosféricas y gravitacionales de los planetas cercanos a nuestro mundo, entre muchas cosas.
Ahora el ser humanos va tras la búsqueda de vida en cualquiera de sus manifestaciones, ante lo cual diversos astrónomos afirman que son millones de planetas que deben de albergar algún tipo de vida, que no somos los únicos y que muy posiblemente, algunas de esas civilizaciones ya se encuentren entre nosotros.
También se han pronunciado políticos, filósofos, matemáticos y físicos como Paul Davies de la Universidad Estatal de Arizona, quien afirmó que la vida extraterrestre puede estar “justo bajo nuestras narices o incluso, en nuestras narices”.
Durante una entrevista a la CBS News aseguró que los microbios del espacio exterior pueden estar en la Tierra o incluso en nuestros cuerpos.
También dijo que la vida puede haberse desarrollado en la Tierra varias veces, no sólo una vez, y que la vida en diferentes períodos de tiempo puede ser extraterrestres.
Uno de los especialistas más importantes en nuestro mundo es Stephen Hawking.
Sus teorías sobre los agujeros negros han sido capaces de revolucionar la ciencia moderna; ha mencionado que una posible visita extraterrestre a la Tierra se podría comparar al hipotético escenario de la llegada de Colón a América, que fue el choque de dos mundos, con lo que la civilización menos avanzada fue la más dañada en todos los sentidos, es decir, sería catastrófico para los humanos.
Ante escenario el sentir de la comunidad científica va en contra de todo lo que tenga que ver con el tema Ovni-extraterrestre y no dan entrada a ninguna discusión, por considerar que no existen los elementos necesarios para realizar una investigación seria y objetiva.
De cierta manera tienen razón, ya que dentro de este gran tema hay una cantidad de afirmaciones fantásticas y extraordinarias que no tienen ninguna argumentación, pero también es cierto que hay cientos de incidentes a nivel mundial donde hay todos los elementos para una investigación profunda.
En México se ha hecho la invitación a diversos científicos a las vigilancias Ovnis —realizadas en las inmediaciones del volcán Popocatépetl— para que den su punto de vista sobre los numerosos avistamientos que no son visibles al ojo humano, pero si son captados con alta tecnología.
A la fecha no han aceptado al argumentar que “somos serios y no estamos persiguiendo marcianos”, esperemos que en algún momento las nuevas generaciones de investigadores se involucr
