La daga extraterrestre

18/06/2016 16:20 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 16:25
 

A la caída de piedras del cielo se les ha dado una connotación divina, mágica e incluso, se ha mencionado que son objetos cargados de una misteriosa fuerza que quien llegue a poseerlos tendrá riquezas y poder, por lo que ha orillado a los hombres de diversas culturas en todos los tiempos a confeccionar objetos tanto de uso diario, así como de adoración.

Hace unos días, la revista ‘Meteoritics & Planetary Science’ dio a conocer que en la tumba del faraón Tutankamón —descubierta en 1925— había sido encontrado una “daga de origen extraterrestre”.

Inmediatamente, la información comenzó a ser replicada por cientos de internautas en redes sociales, e incluso, hubo quieres afirmaron que si nos remitíamos a las leyendas antiguas de la civilización egipcia , éstas apuntaban a seres llegados de las estrellas que habían enseñado lo más avanzado de su tecnología para construir las pirámides así como los utensilios de uso diario.

SORPRESA.

En la tumba de este faraón encontrado a mediados de los años 20 por el arqueólogo inglés, Howard Carter, había un envoltorio con dos dagas: una hecha con una lamina de oro, y la otra —que fue la que más llamó la atención, pese a que aparentemente no tendría ningún valor— fue una daga hecha de hierro, el cual extrañamente no se había oxidado en los tres mil años que había estado oculta.

Este suceso, llamó la atención de los científicos, pero en su momento no lo pudieron explicar.

Fue hasta el siglo XXI que gracias a los avances en la tecnología, investigadores de Egipto e Italia analizaron esta extraña pieza de metal con un espectrómetro de flourecencia de rayos X, encontrando en su composición química un alto contenido de níquel y la presencia de cobalto, por lo que “sugiere un origen extraterrestre”. 

Los investigadores compararon el material de los meteoritos encontrados en un perímetro de dos mil kilómetros alrededor de la costa del Mar Rojo en Egipto y lograron encontrar una composición similar en uno de ellos nombrado “Kharga”, ubicado a 240 kilómetros al oeste de Alejandría en la ciudad portuaria de Mersa Matruh. 

La revista publicó éstos “como los dos únicos artefactos de hierro valiosos del antiguo Egipto encontrados hasta ahora y analizados con precisión son de origen meteorítico (...) sugerimos que los antiguos egipcios le atribuyeron gran valor al hierro meteorítico para la producción de objetos decorativos o ceremoniales”. 

AVANZADOS PARA SU ÉPOCA.

Los estudiosos también encontraron que por la alta calidad de la fabricación de la daga en comparación con otros artefactos de hierro de meteoritos “sugiere un dominio importante de la metalurgia del hierro en la época de Tutankamón”.

Pero esto no solo ha sucedió en Egipto sino que prácticamente en todas las culturas del mundo. Una de las piezas más conocidas es la estatua budista de Vaisravana de 24 centímetros y 10 kilos, hecha de un meteorito de hierro llamado “Chinga” que cayó en la Tierra entre la actual frontera de Mongolia y Siberia hace unos 15 mil años.

De acuerdo con la historia, dicha pieza fue tallada en el año 1,000 por la cultura Bön, una tradición chamánica tibetana. Este grupo habría encontrado uno de los fragmentos de dicho meteorito.

Una estatua que en su vientre tiene una Suástica budista y que la SS de los Nazis se llevaron en 1938 del Tíbet hasta Múnich, Alemania, antes de que iniciara la Segunda Guerra Mundial, ya que investigaban en aquella parte del mundo el origen de la “raza suprema aria”.

Los especialistas aseguran que es una pieza que tiene una estructura de hierro, cobalto, níquel y trazas de cromo, galio y germanio. Es una figura que ha llamado la atención de diversos investigadores de todo el mundo y que sigue actualmente en estudio para determinar su autenticidad.

 

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