‘ Uso el dildo de mis papás’

Sexo 25/08/2016 05:00 Cecilia Rosillo Actualizada 18:07
 

No puedo hablar de esto con nadie, por eso pido consejo. Sé que muchos van a pensar mal de mí, pero me estoy volviendo loca. Hace tres años que me atrae un hombre que está casado, que es amigo nuestro y que encima es el jefe de mi marido. Lo he pensado muchas veces y la verdad que no estoy enamorada de él ni me ata a él nada sentimentalmente, pero me encantaría tener una aventura con él, aunque sólo fuera una vez. No es un capricho de un momento, porque ya llevo tres años reprimiendo este deseo, aunque muchas veces cuando nos vemos creo que voy a explotar. Veo que va pasando el tiempo y este ardor no se me quita, lo peor es que va a más. Él ya lo notó y  me busca mucho con la mirada, me provoca muchas veces tocándose el pene discretamente para que lo vea o abriendo las piernas frente a mí sacando el paquete, pero supongo que se calla, igual que hago yo por la situación en la que estamos. Necesito escuchar opiniones, porque me estoy muriendo por no saber qué hacer. Gracias, Rocío R. 

Al parecer, a él le está gustando el juego de hacerte excitar y saber que no te dará nada, su ego está creciendo y va a averiguar hasta dónde eres capaz de llegar por él. No porque sea una obsesión desde hace tres años quiere decir que no es un capricho, hay algunos que duran décadas.  Puede ser que estés fascinada con él porque tiene un puesto de poder, simplemente es el jefe de tu marido, lo que lo coloca por encima de tu pareja en el área laboral (que para ellos es una de las más importantes) y lo que para muchas mujeres representa mayor entrada económica, prestaciones o calidad de vida y eso hace que se vuelvan deseables. Si en realidad no tienes ganas de meterte en serios problemas (ya que le puede costar el trabajo a tu esposo y por lo tanto repercutir en tu vida económica y moral) no des pie a una relación extramarital. Necesitas ayuda, ve con un sicólogo y checa de qué es lo que en realidad careces y deseas. 

 Tengo 26 años y hace tiempo encontré un dildo y unas películas, las puse y vi que mis papás se grababan teniendo sexo. Ahora me llama la atención el pegging o que una chica me penetre con un dildo. Lo que he hecho es que ocupo uno de los dildos de mis papás para penetrarme yo. Sebastián L. 

Totalmente incorrecto lo que haces. Los juguetes sexuales son objetos personales que no deben ser compartidos, ni por los mismos familiares. Si tu inquietud está en el uso de ellos, debes adquirir los tuyos y usarlos solo tú.  Por otra parte, la intimidad de tus papás debes respetarla, no porque sean tus padres puedes irrumpir su intimidad, y quedarte viendo (eso es morbo) las grabaciones que se hacen. A tu edad, tus papás ya no deberían estar escondiendo sus cosas de ti como cuando eras niño, pues a los 26 años deberías tener entendido y practicado el concepto de respeto a las cosas de los demás, urgar cajones y ver videos que no son tuyos es además de morboso, infantil. Respeta sus prácticas sexuales, no veas sus materiales y no uses sus juguetes. 

 Hola, tengo este problema y es que mi pareja es muy sexual y le encanta cambiar de posturas, pero yo, aunque lo intento, no consigo moverme y llevar el ritmo que debo, hay veces que sí, pero otras no, no sé por qué. A él le encanta que esté arriba y a mí también, pero aunque lo hago siempre terminamos poniéndonos  él arriba para eyacular ya que yo no puedo seguir el ritmo. Aparte de esto, necesito que me sugieran  posturas diferentes que lo vuelvan loco. Gracias, un saludo, María C. 

Todo en el sexo es cuestión de práctica, es difícil y un mito sexual que las posturas nuevas nos llevan al orgasmo desde la primera vez, pues algunas son cansadas, otras incómodas o bien no nos adaptamos a ellas. Posturas con la mujer encima hay muchas y no sabemos a cuál te refieres. Aquellas en donde tú puedes poner los pies en el piso o la cama son muy buenas para que practiques el ritmo, recuerda que se trata de acompañar los movimientos del otro para que sea exitoso, es decir, no hacer lo mismo al mismo tiempo, los dos deben empujar y jalar al mismo tiempo, para que al empujar ambos sexos se unan, si tú,  por el contrario, jalas cuando él empuja el pene se sale. El ritmo debe cambiar y subir de intensidad y por ratos bajar para que se puedan acoplar, pues en ciertas posturas no tienen los dos la misma capacidad de movimiento y para uno resulta más pesado que para el otro. Trata de usar las posturas que te cuestan más trabajo al inicio, cambia por una que domines y cuando ya se acerque el orgasmo, regresa a la que te cuesta trabajo para terminar, esto ayuda a que tomes confianza y dejes al cuerpo hacer su trabajo de manera natural. 

 

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