Más allá del placer

20/08/2014 03:00 Cecilia Rosillo Actualizada 02:07
 
Ya se sabe que el sexo es benéfico para la salud y, en especial, los orgasmos; sin embargo, muchos de los argumentos al respecto no habían sido comprobados de manera científica, hasta hoy.
 
El neurosicólogo Barry Komisaruk, quien se ha hecho famoso por ser el investigador número uno sobre orgasmos en la faz terrestre, al conseguir que más de 200 mujeres le donaran sus orgasmos para la investigación, asegura que durante el encuentro sexual se activa una serie de mecanismos que favorecen el funcionamiento del sistema nervioso, endocrino, cardiaco, muscular y circulatorio.
 
De hecho, sus investigaciones demuestran que ninguna otra actividad física incluye a todo el cuerpo junto con las emociones de la manera que lo hace el sexo.
 
El orgasmo está considerado como la última parte de la respuesta sexual, ya que es el momento en que se libera de manera repentina toda la tensión sexual acumulada durante el encuentro erótico, de forma que es una de las sensaciones preferidas del ser humano y, por ello, una de las más mitificadas.
 
Según los estudios llevado por Komisaruk, la gran liberación de endorfinas, que son sustancias liberadas en el cerebro cuando se realizan actividades como comer, hacer ejercicio y el orgasmo,  tiene efecto analgésico que provoca la sensación de bienestar, ésta es una de las claves por lo que esta respuesta erótica es tan placentera.
 
Igualmente se libera oxitocina, que genera un sentimiento de cercanía, unión y confianza ,lo que produce el apego entre las personas. Este mecanismo de bienestar ejerce un bloqueo completo del estrés; por ello, durante el orgasmo no existe la ansiedad. Así, la unión de endorfinas con la oxitocina hace una mezcla química que deviene en otros beneficios.
 
Además, hoy se sabe que la tasa cardiaca de un hombre en reposo es de 70 latidos por minuto, mientras que la de la mujer es de 75 y durante el orgasmo el latido del corazón aumenta a 140; igual que si se hace ejercicio.
 
Esto hace que durante el orgasmo haya un impresionante aumento de flujo sanguíneo y de oxígeno, que son los principales nutrientes del cerebro; de esta manera, se activan positivamente tanto el sistema circulatorio como el sistema 
cardiovascular.
 
Esto hace también que el dolor de cabeza se quite con la llegada del orgasmo que, en su función analgésica, borra el malestar de manera inmediata al combinar el oxígeno y las endorfinas.
 
Otros de los efectos benéficos asociados a los orgasmos es que reduce, en las mujeres, el dolor menstrual, efecto anestésico que puede permanecer por horas en esta zona. Es parte de los beneficios de tener activo el sistema endócrino, encargado de la producción de hormonas.
 
Otra parte que reporta alivio al dolor durante el orgasmo es la espalda, cuando se trata de dolores causados por actividad física. El experto obtuvo evidencias también de que esta fase de la respuesta sexual disminuyó las infecciones urinarias y genitales en el caso de las mujeres, mientras en el caso de los varones, se da cierta prevención del cáncer de próstata, pero estas dos vertientes aún continúan en fase de investigación y comprobación.
 
De esta manera, la importancia del orgasmo no sólo radica en la recompensa del placer inmediato, sino en la activación de sistemas alternos que se involucran con la actividad sexual.
 
Lo importante, dice el experto, es que cada persona sea capaz de producir sus orgasmos, es decir, permitirnos sentirlos. Para ello, la invitación es  que cada quien experimente con su propio cuerpo y encuentre cuál es la “dosis” de orgasmos que necesita para sentirse mejor.
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