Roberto Sosa

Al día 16/06/2016 05:00 Samuel Ocampo Actualizada 05:08
 

—¿Quién es Roberto Gonzalo Sosa Martínez?

—Es un ser humano con sueños, con ilusiones, deseos, cuestionamientos, miedos, alegrías, logros, con caídas, tropiezos, levantadas, con sonrisa y con muchas cosas que dar a través de mi trabajo.

 

—¿Qué tienes más, sueños o tropiezos?

—Sueños, realidades, apredizaje. Tengo más enormes enseñanzas de la vida. Tengo una red de familiares, de amigos de apoyo increíbles, invaluables y que son mi tesoro. 

—¿Edad?

—46 años.

—¿Profesión?

—Actor.

—¿Oficio?

—Comunicar, expresar, cuestionar, confrontar, conmover.

—¿Tu meta en la vida?

—Ser un ejemplo para mi hija, para las generaciones que vienen detrás de mí, de que en la vida se puede todo, se puede luchar, fortalecer, aprender y que se puede ser mejor en cada uno de los aspectos que tú te mueves día a día.

—¿Vicios?

—Cigarros, mi trabajo.

—Traes en las venas el arte escénico ¿ha sido difícil?

—No, no ha sido difícil. Ha sido aleccionador, enriquecedor. 

—¿Qué le has aprendido a tu papá?

—Que es importante todos los días seguir estudiando, cuestionando, de la humildad que mi corazón tiene para vivir y para desenvolverse con los seres a los que me enfrento día a día. Le aprendí que vale la pena todo, una conversación, un café, un cigarro, un libro, un tema. Todo vale la pena. Uno es quien hace que las cosas valgan la pena.

—¿Y a tu mamá qué le has aprendido?

—Su entrega, generosidad, capacidad para ver por los demás, por no encerrarse en un egoísmo que nos haga pensar sólo en sí mismos, sino en pensar en dar a los demás. 

—¿Estás listo para regresar a los escenarios?

—¡¿Cómo?,  si nunca me he alejado de ellos!  El escenario es mi vida. Estrenamos “Sánchez Huerta” en el Teatro Milán (Lucerna 69). Es una obra difícil, toca el tema del suicidio. He procurado que cada uno de los montajes en los que he participado en estos casi 40 años sean un reto y que aborden temas que confieren al ser humano. No me gusta hacer teatro sólo por ir a cobrar un salario. “Sánchez Huerta” habla de la pérdida de un hijo, de “qué sigue para nosotros una vez que un familiar pierde la vida”.

—En algún momento, ¿a Roberto Sosa le ha sonado la palabra suicidio?

—Fíjate que así la palabra, como que no. He tenido momentos de tristeza, alegría, insatisfacción, vacío, de mucha plenitud. Decía por ahí un maestro Zen, “la vida es tan irónica que sin ruido no hay silencio, sin alegría no hay tristeza, sin vacío no hay plenitud”. 

—Si en toda tu trayectoria tuvieras que elegir un personaje a interpretar, ¿cuál sería?

—Híjole, creo que todo personaje presente, el que está por venir lo haré tan mío como único. He sido siempre un actor muy apasionado. Creo que en ello radica mi pasión por el trabajo que desempeño.

—¿De qué te arrepientes?

—De nada.

—Interpretaste a Gustavo Díaz Ordaz, un ex presidente muy polémico, ¿a qué político actual te gustaría interpretar?

—Híjole, jajaja. Pues a muchos. Mira, tanto en la vida como en la ficción siempre a uno le toca hacer el trabajo sucio, y pues nuestros políticos son tan interpretables, tan caracterizables, personificables, que al que me pongan.

—¿A qué político ves con tablas de buen actor?

—A todos. Todos son grandes actores que saben muy bien aprenderse textos que no creen. Son capaces de decir lo que sea para convencer a los ciudadanos, aunque no cumplan.

—¿Quién te parece mejor actor, Enrique Peña Nieto o Miguel Ángel Mancera?

—Los dos son terribles.

—¿Les darías alguna oportunidad en un casting?

—No, zapatero a tus zapatos.

—¿Te interesaría interpretar a Carlos Salinas de Gortari?

—Sí, me desagradaría tener que raparme, pero sí, claro.

—¿Cómo va la rehabilitación?

—Muy bien.

—¿Crees en la ayuda celestial?

—Sí, creo en un poder celestial.

—¿Crees en Dios?

—Definitivamente sí.

—¿Te encomiendas a él?

—Todos los días.

—¿Platicas con él?

—Muy cercana. Es mi mejor amigo.

—¿Qué cicatrices te marcan más, las físicas o las morales?

—Las morales definitivamente. Las físicas son solamente una envoltura. Las morales se llevan en el alma.

—¿Te cuesta trabajo levantarte cuando has caído?

—No.

—¿En quién te apoyas?

—En la necesidad de seguir adelante.

—¿Con quién has llorado más, con tu papá o tu mamá?

—Con ambos, tengo una comunicación muy, muy íntima.  Con ellos tengo la absoluta  confianza de mostrarme tal como soy.

—¿Qué bailas?

—Al son que me toquen. Bailo de ‘tocho morocho’, excepto reggaeton.

—¿Le has hecho a ‘la mona’?

—No.

—¿A la mariguana?

—No.

—¿A la coca?

—No.

—¿Qué sientes cuando te dan la tercera llamada?

—Muchos nervios, emoción,  adrenalina, necesidad de ponerme en mi posición y de ser solamente un conducto de comunicación.

—¿Qué genero sería tu vida?

—Sería una mezcla de comedia, farsa, tragedia, melodrama y teatro clásico.

—Has participado en obras del llamado teatro en corto. Si tu vida la pudieras interpretar en un foro en 15 minutos, ¿cómo la titularías?

—Sólo pasaba por aquí.

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