Julio César Márquez

Al día 03/06/2016 05:00 Samuel Ocampo Actualizada 05:05
 

—¿Quién es Julio César Márquez?

—Soy padre del niño Julio César Márquez Báez, quien falleció en la guardería ABC de Hermosillo. Casado con Estela Báez y padre de otros dos niños.

—¿Edad?

—Tengo 48 años, ya próximo a cumplir 49. 

—¿Oficio?

—Actualmente colaboro en la Defensoría de los Derechos Humanos de Querétaro, organismo encargado de promover  y proteger los derechos humanos.  Estoy en el área de Visitaduría General y concretamente encargado del Programa de Supervisión a Centros de Atención y Cuidado Infantil, que coordina las visitas a todos aquellos lugares donde se atienden a niñas y niños menores de 5 años 11 meses, las llamadas estancias infantiles, guarderías o Cendis, en coordinación con Protección Civil  y Salud, dependencias que tienen injerencia en el tema de seguridad. Este programa lo implementamos el año pasado y está en el segundo año de su desarrollo.

 

—¿Hay un Julio César Márquez antes y después del 5 de junio de 2009?

—Definitivamente sí. Nunca me he descrito a mí mismo, pero podría ser un buen ensayo cómo definirme. Podría decirte que después de lo que pasó el 5 de junio, del dolor, todos los sentimientos generados en mí, pues nació un ciudadano, una persona que entendió que había que luchar, moverse por sí mismo para conseguir objetivos, que en este caso eran la justicia. Definitivamente te puedo decir, con pena quizá, que lo que aprendí de ello fue que yo antes criticaba a las personas que se manifestaban, que bloqueaban una calle. Hoy entiendo perfectamente eso, ese medio de lucha. Con este ejemplo te puedo decir lo que era antes, y lo que soy ahora. Reconozco, quizás como una manera de aleccionar, comunicarle a la gente, hacerles ver, pedirles que no esperen a que les suceda algo para hacer algo. Primero que nada, para que no critiquen y para que se sumen a los esfuerzos de lucha que tantas y tantas personas realizan en el país  y que se llevan a cabo.

—¿Qué hemos aprendido como sociedad de esa tragedia?

—Creo que aprendimos, en cierta medida, a ser más conscientes en ciertos aspectos de acerca de dónde y con quiénes dejamos a los hijos. Esa puede ser la enseñanza para la sociedad. Desgraciadamente no te puedo decir lo mismo del Estado mexicano. Yo manifiesto continuamente que el Estado mexicano no aprendió de lo sucedido en Hermosillo, tan es así que sigue habiendo muertes qué lamentar en estancias y guarderías, habiendo incluso una ley que se derivó de esa tragedia.

 —Como sociedad , ¿los dejamos solos?

—Sí, sí creo. Porque no es posible que habiendo tantos y tantos millones de habitantes se vea sólo a un puñado de miles levantarse cada día a exigir justicia y menos de esos miles, hacer algo verdaderamente por la justicia. Mira, llegan las fechas del aniversario y ahí ves que la gente sale, pasa la fecha del 5 de junio  y esto vuelve a quedar pendiente hasta el próximo aniversario.  Entonces creo yo que no nos están dejando solos, nos estamos abandonando nosotros mismos. 

 

—Después de lo sucedido ¿le has reprochado algo a Dios?

—No, nunca lo he hecho. No soy una persona muy creyente. Además de que me queda totalmente claro que lo que ocurrió en estos hechos, antes, durante y después, es simple, sencilla y únicamente por la mano del hombre, entonces no tiene nada que ver Dios en esto que pasó. Son fallas de los humanos, todas aquellas deficiencias que tenemos como personas.

 

—¿Has perdonado a Eduardo Bours?

—En términos como te lo dije, definitivamente no. Yo creo que Eduardo Bours es una persona, un ex servidor público, ex gobernador, altamente responsable.  Yo no sé si penalmente le alcance o le alcanzó, porque ya hubo una sentencia;  pero no sé si le alcance para ser llamado a rendir cuentas, pero si viviéramos en un país donde también se juzgara lo moral y lo ético, esta persona hubiera sido  condenada desde hace bastante tiempo.

—¿Ya perdonaron a Guillermo Padrés?

—No,  tampoco. Guillermo Padrés se aprovechó de lo sucedido, de una manera política, para acceder a la gubernatura,  manifestando en repetidas ocasiones que sería una de sus prioridades a partir de septiembre de 2009 y después se desentendió del tema, a los muy pocos meses. Entonces definitivamente no. Esta persona fue omisa, fue insensible, sorda a los reclamos de lo que él podía haber hecho. 

 

—¿Qué esperas de Claudia Pavlovich?

—Yo no espero absolutamente nada de ella. Me es difícil esperar algo de alguien viniendo del Estado mexicano, del estado de Sonora, del gobierno municipal. Gracias al Movimiento Justicia 5 de junio se sacó adelante una nueva ley que regula el funcionamiento de las guarderías. ¿qué ha sucedido? Definitivamente hay una deficiente aplicación de la ley, la cual se aprobó en el Senado y  luego en la Cámara de Diputados, todo en 2011. Finalmente se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 24 de octubre de ese año. Lo transitorio que la ley establecía, entre otras, dar un año a las entidades para legislar localmente; pues estamos a casi cinco años y medio y aún hay al menos siete estados que no han legislado o armonizado la ley. Prácticamente ningún estado ha creado el reglamento que la misma Ley establece para que sea cien por ciento operable y lo más lamentable es que aún con la ley, no se han generado condiciones para evitar que sigan sucediendo situaciones trágicas. Con un deceso que hubo la semana pasada, al menos 50 niños o niñas han fallecido en centros de atención en el interior del país, aparte de lo que sucedió en la guardería ABC. Creo que tenemos una ley muy bonita, pero que si no se aplica,  no sirve de nada. 

—¿En México, hay justicia pronta y expedita para las víctimas de delitos?

—Depende de quién sea la víctima. Si es una persona que tiene parentesco con el poder, poder económico, político, encumbrados o un gran deportista, sí tiene derecho a la justicia. No se puede segmentar por estratos sociales. El hombre común es anónimo para el Estado mexicano.  Ya no digamos justicia pronta y expedita, siquiera que la alcancen en algún momento. 

—Se dictó sentencia contra 19 personas vinculadas a esta tragedia, ¿estas sentencias son justas o no?

—No he tenido oportunidad de revisar a fondo el expediente, de hecho apenas lo estamos analizando, pero en una opinión muy personal, sin tener un base científica, sin una fórmula, si tomo la pena más alta de 29 años y la divido entre 49 niños fallecidos y 103 lesionados,  el resultado que me da, pues no me parece que sean justas estas condenas porque se quedaron bastante cortas. Hasta ahorita, el hecho de que se hayan dictado en primera instancia, no significa que estas vayan a prevalecer, porque los sentenciados tiene derecho a recurrir a otras instancias, a apelar para revertir estas condenas y en determinado momento quedar libres.

—¿Has regresado a la guardería ABC?

—Por fuera he estado varias y por dentro, tres.

 

Haciendo una analogía al respecto, por fuera Julio César Márquez está íntegro y por dentro ¿cómo estás? 

—Por dentro está en reparación, cada día acomodando piezas, que difícilmente van a quedar completas porque siempre va haber una pieza que falte.

 

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