Ex cocinero mataba cuando tenía sexo

La roja 09/12/2016 05:00 Ricardo Ham Actualizada 14:00
 

Stephen llevaba horas frente al monitor, entre cientos de rostros buscaba aquel que le agradara más, en el que encontrara la combinación perfecta de juventud y experiencia, se había suscrito a cuanta página web de citas le había sido posible, en  ninguna de ellas encontraba el tan ansiado amor, terminó aceptando el nuevo fracaso en su búsqueda. 

Con la mano temblorosa no le quedó más que tomar el teléfono, con dificultad hojeaba la agenda, sabía de memoria el número, pero no quería errar al marcarlo, los tonos del teléfono le parecían eternos, le daban tiempo suficiente para limpiar el sudor que recorría su  quebrada frente, se tendría que conformar de nuevo contratando un acompañante ocasional, un fugaz encuentro que le diera placer sin compromiso a cambio, pero esta vez tenía un nuevo deseo, no quería que su compañía se fuera tan pronto, deseaba quedarse dormido sobre el pecho desnudo de su costoso amante.

Stephen Port preparó la misma bebida de siempre, esta vez decidió aumentar la dosis para su invitado, no estaba dispuesto a que lo abandonaran cuando las manecillas indicaran la hora, estaba decidido a permanecer junto al cuerpo de su joven amante hasta que su último respiro llegara, sin importar que él mismo tuviera que arrancarlo de su pecho.

A mediados de 2014, dos cuerpos fueron abandonados en las inmediaciones del cementerio de la iglesia de Santa Margarita, en Londres, Inglaterra; al poco tiempo  un tercer cadáver se halló al interior de un depósito de basura muy cerca del mismo lugar; Gabriel Kovari, Daniel Whitworth, Jack Taylor y Anthony Walgate eran los nombres de las 4 personas fallecidas en circunstancias aparentemente similares.

Pese a que ninguna de las víctimas presentaba rastros de haber sido violentados, baleados o atacados sexualmente, las cuatro coincidían en la edad, ninguno de los casos era menor a los 20 años, todos mostraban evidencia en su indumentaria que hacían creer la posibilidad de que se les intentó levantar la ropa o haber sido arrastrados, en los análisis post mortem se descubrió una sustancia identificada como GHB, ácido gamma-hidroxibutírico, mejor conocida en Europa como la droga de las violaciones.

Las lentas investigaciones dieron como resultado que uno de los fallecidos, Jack Taylor, fue visto por última vez junto a Stephen Port, un ex estudiante de la Universidad de Oxford dedicado a la cocina gourmet, se encontró que Port era un asiduo visitante a los sitios webs de citas gay y acostumbraba solicitar servicios sexuales en su propio departamento, donde drogaba a sus acompañantes, en algunos casos les produjo la muerte por sobredosis de GHB.

Para despistar un poco a las autoridades, Stephen llegó a redactar falsas cartas de suicidio, que abandonaba entre la ropa de sus víctimas junto a jeringas y botellas de alcohol. Todos los cabos sueltos llegaban hasta el departamento de Port, quien finalmente fue detenido en octubre de 2015 por el detective Tim Duffield.

Stephen fue acusado por el homicidio de 4 hombres, posiblemente esté vinculado en la narcotización de 7 personas más. El homicida en serie inglés ha sido condenado a cadena perpetua por las 4 muertes.

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