Aguas con la ictericia | PADRES AL BORDE DE UN ATAQUE

29/11/2015 13:30 Redacción Actualizada 13:30
 

Por Irma Gallo

Cuando nació mi sobrino Patricio todo parecía normal. Era un niño muy hermoso, pacífico, que no tenía muchas ganas de comer y dormía un poco más de lo que se esperaba de un recién nacido, pero en un primer momento nadie de la familia pensó que fuera un motivo de alarma.

Sin embargo, su mamá, mi hermana Valeria, comenzó a preocuparse cuando notó que tenía que despertarlo incluso para comer, que casi no lloraba y que su piel tenía un ligero tono amarillento. Como toda mamá primeriza, Vale no esperó más y llamó al pediatra.

Le describió los síntomas de ‘Pato’ y el médico le pidió que lo llevara de inmediato al hospital. Una vez ahí, le hizo análisis y determinó que tenía ictericia, que significa un exceso de bilirrubina en la sangre (una cosa mucho menos divertida que la canción, créanme). 

Le explicó a mi hermana que esto se podría deber a que la placenta dejó de eliminar esta sustancia y el hígado de mi sobrino todavía no podía procesarla de manera adecuada (aunque hay otras causas, como incompatibilidad sanguínea con la madre, bajo nivel de oxígeno, infecciones congénitas o que el bebé sea prematuro).

Este padecimiento es normal en algunos recién nacidos y, por lo general, se quita con baños simples de sol en un lapso de dos o tres días, pero hay diferentes niveles y puede tener consecuencias graves como sordera, parálisis cerebral y otro tipo de daños cerebrales.

Afortunadamente, el pediatra trató a ‘Pato’ con fototerapia (una terapia que consiste en exponer al bebé durante largos periodos a una lámpara con luz especial que ayuda a regular el nivel de bilirrubina) y en dos días ya estaba fuera de peligro. 

Tienes que llamar al pediatra si tu bebé…

Según los sitios web de Medline Plus y KidsHealth, los síntomas ante los que hay que reaccionar son:

Duerme todo el tiempo. No llora, no tiene apetito.

Tiene una temperatura corporal (que se mide con un termómetro vía rectal) mayor a los 37.8 grados centígrados.

Tiene de color amarillo brillante la piel del abdomen, el rostro, las piernas y las plantas de los pies o bien, la esclerótica (parte blanca de los ojos) y no disminuye con el transcurso de las horas.

Tratamiento. No entres en pánico, sólo el pediatra te puede decir, previo análisis de sangre, qué nivel de ictericia tiene tu bebé y cómo tratarlo.

Como escribí antes, en muchos casos se quita exponiéndolo al sol por periodos de dos o tres horas al día, usando solamente pañal. Esto lo puedes hacer desde tu casa. Pero para que estés más enterad@, acá te adelanto algunas de las terapias que le podrían recetar y que sí requieren hospitalización:

Fototerapia: Como a mi sobrino. Consiste en una lámpara que emite una luz especial y a la que exponen al bebé durante el tiempo que el médico considere necesario. Es parecida a una cama bronceadora y el pequeño debe tener los ojos cubiertos con protectores especiales para prevenir daños en la retina.

Exanguinotransfusión: Sólo en casos muy graves se pone en práctica y consiste en reemplazar la sangre del bebé por sangre nueva.

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