SIN CLÓSET: Todos somos Simón el Gran Varón

29/07/2015 03:00 Fernando Rex Actualizada 01:54
 
Existen canciones que son “nuestras”, algunas más amables con los gays y otras completamente mal interpretadas.
 
“Cambió su forma de caminar, usaba falda, lápiz labial y un carterón…” y vámonos a pulir la pista de baile con esta magnífica canción del gran Willie Colón, quien fue de los primeros en mostrar aprecio musical hacia la comunidad gay.
 
Creo que esta es una de las canciones que nunca faltan en las fiestas y la historia es bastante conocida: un chico gay se va de casa, decide ser travesti, su padre lo visita, se da cuenta de que ahora viste como mujer, lo rechaza, se arrepiente y descubre que muere.
 
Además, esta canción merece mención honorífica por ser de las primeras en español que habló sobre el tema del Sida, aunque no directamente, pero dice así: “murió de una extraña enfermedad”; la referencia es muy obvia.
 
La canción salió en 1989, seis años después de que el Sida fuera descubierto, en plena época de psicosis y de grandes prejuicios hacia la comunidad gay, que era acusada de haber creado este padecimiento.
 
Claro que muchos heteros y hasta algunos gays usan este tema como burla: “mira es tu canción”, “te hablan Simón”, son algunos de las bromas más comunes.
 
Pero analicemos un poco el trasfondo de la canción: un padre que se esforzó por imponer costumbres a su hijo, quien nunca tuvo opción más que vivir bajo esas reglas o escaparse  de casa y buscar su felicidad:
 
“Una mujer le habló al pasar, le dijo hola, papá ¿cómo te va? No me conoces yo soy Simón, Simón tu hijo El Gran Varón”… versa también esta canción, aludiendo al cambio del muchacho y su vida libre.
 
También aborda un asunto lamentablemente común: sentir vergüenza por el qué dirán las demás personas: “Se dejó llevar por lo que dice la gente, su padre jamás le habló, le abandonó a su suerte”.
 
El abandono es uno de los temas más difíciles que sufre la comunidad gay y no sólo de espacio: muchos homosexuales siguen viviendo en sus casas, pero son rechazados e ignorados por sus padres.
 
¿Ustedes serían capaces de abandonar a un hijo? ¿Podrían olvidar las sonrisas y gratos momentos que les dio cuando era un niño? ¿Olvidarían la felicidad que les produjo su llegada al mundo?
 
Puede que sea un error completamente, la peor de las decisiones, pues un hijo, mientras sea bueno con sus padres, con las personas que lo rodean y tenga valores positivos, merece ser aceptado y querido. Al menos es lo que pienso.
 
Pero de todos modos siempre existirá algo llamado arrepentimiento, tema que también aborda esta maravillosa canción: “Andrés nunca olvidó el día de esa triste llamada” y más adelante también versa que “El que nunca perdona, tiene destino cierto de vivir amargos recuerdos en su propio infierno”.
 
Es muy probable que todos los gays nos hayamos sentido identificados con alguno de los temas planteados en “Simón, El Gran Varón”, por eso creo que #TodosSomosSimon y aunque a muchos gays no les guste esta canción, debemos reconocer que sirve para reflexionar sobre temas como el abandono y el arrepentimiento.
 
Y no dejemos de lado esa poderosa frase: “No se puede corregir a la naturaleza” y no porque los gays debamos ser corregidos, sino porque así nacimos y no hay nada que nos pueda cambiar.
 
Así que en la próxima ocasión que decidan bailar esta canción, reflexionen sobre ella, y esperemos que nunca jamás haya otro “enfermo de la cama 10 al que nadie lloró” y que cada día haya menos homofobia y menos rechazo.
 
Y sobre todo recuerden: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, lo dice la Biblia y lo dice Willie Colón.
 
 

 

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