ASESINOS SERIALES: “El cazador de mujeres”

27/11/2015 14:16 Ricardo Ham Actualizada 14:23
 

El silencio del bosque era presagio de un desenlace fatal, la víctima sabía muy bien que cualquier pequeño ruido delataría su posición. Ella cerraba con fuerza los ojos, como si no mirar alrededor le diera la virtud de la invisibilidad. Permanecía estática y muda, controlaba el miedo y las lágrimas, de lo contrario su vida podría estar en peligro, esperaba a que el silencio absoluto le diera la señal para correr otro par de metros hasta encontrar donde refugiarse y repetir la estrategia: enmudecer, correr, esconderse. 

Sin embargo, su última carrera para escapar la hizo tropezar, el sonido de la rama quebrada delató su escondite, el silencio fue roto por la fuerza del sonido de un disparo, el arma calibre .223 de Robert Hansen. Nuevamente ‘El Cazador’ atrapaba a su presa, una vez más el asesino en serie salía victorioso en la cacería de la muerte.

Robert Christian Hansen, nació en 1939 en Iowa, su entorno familiar y escolar fueron muy complicados para él, debido a su apariencia física fue víctima del acoso y burlas que dejaron marcas y rencores irreparables. Su baja estatura, grandes anteojos, tartamudeo y rostro lleno de acné, lo hacían presa fácil de las burlas de sus compañeros de escuela.

maltrato familiar. En su hogar era obligado a trabajar durante largas horas en el negocio familiar, además de que su madre le obligaba a escribir con la mano derecha pese a que el pequeño Robert era zurdo.

 Como la mayoría de los asesinos en serie, Robert inició su carrera criminal con pequeños hurtos que lo llevaron a pasar un tiempo en el reformatorio. 

transformación. A los 27 años, ahora radicado en Alaska, Robert ya tenía un par de matrimonios a cuestas, vivía exitosamente gracias a su trabajo como panadero y había conseguido perfeccionar su técnica como cazador, deporte favorito que le había dejado varios trofeos al diminuto Hansen. 

Muy pronto la vida de esposo ideal le aburrió, comenzó a buscar la manera de sacar todo el odio y frustración que guardó durante su niñez. En 1971 contrató a una joven prostituta para que lo acompañase toda una noche, jamás se volvió a saber nada de ella hasta que Robert declaró haberla violado, torturado y disparado en la cabeza.

JUEGO MACABRO. Ese fue el inicio de una larga lista que se acercó a los 20 homicidios.

 Hansen encontró la forma de divertirse, ofrecía fuertes sumas de dinero a prostitutas para después torturarlas, violarlas y cazarlas con armas largas a lo largo de los fríos bosques de Alaska. 

Robert Hansen demostró que al mejor cazador se le escapa la liebre, pues una de sus víctimas escapó y declaró todo a la policía, incluso fue capaz de marcar en un mapa la zona donde Hansen cazaba a sus presas. El caso logró tal notoriedad que el investigador John Douglas, perfilador leyenda del FBI, realizó el análisis para su captura.

 

Hansen fue sentenciado a pasar más de 460 años en prisión, finalmente murió en la cárcel el 21 de agosto de 2014.

 

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