El robachicos del siglo 21 | PADRES AL BORDE DE UN ATAQUE

26/10/2015 09:02 Redacción Actualizada 09:03
 

Por Irma Gallo

Seguramente a ustedes, como a mí, mamás y papás, cuando éramos chic@s nuestros padres nos decían que no soltáramos su mano en los centros comerciales, que no saliéramos solos o que nos cuidáramos porque nos podía llevar un robachicos y nunca regresaríamos a casa.

Muy probablemente (depende de la edad que tengan), temblaron de miedo con la escena en la que Pinocho se convierte en burro por haber desobedecido a Gepetto y haberse ido con unos maleantes que lo convertirían en una estrella del espectáculo.

Pero hoy, las consecuencias de irse (voluntariamente o a la fuerza) con desconocidos son mucho más graves que unas orejas y una cola de burro, y como a Pinocho, cuyos captores tenían trabajando de manera forzada en el circo, los robachicos modernos (tratantes) obligan a los niños a trabajar sin pagarles un centavo, y aquí el lugar de trabajo puede ser desde un sembradío de mariguana o amapola, hasta una ‘narcotiendita’ o un burdel para desarrollar trabajo sexual esclavo.

Trata: delito del siglo XXI. En febrero de 2015, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito reportó que el número de niños y niñas que son víctimas de este delito aumentó significativamente, por lo que en la actualidad una de cada tres son menores de edad.

Según la PGR, a través de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) y la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, la modalidad de trata que más casos registró de 2009 a 2013 fue la que tiene como fin la explotación sexual.

Los niños robados también se utilizan para adopciones ilegales (sobre todo si son bebés) y para algo tan aterrador como tráfico de órganos.

Si tus hijos son pequeños NUNCA los pierdas de vista. Parece una exageración, pero el tiempo que te lleva revisar o contestar un mensaje en el celular cuando estás con ellos en un lugar público es suficiente para que alguien se los lleve y nunca más vuelvas a verlos.

AUNQUE NO te gusten las correas de seguridad, esas que van de tu muñeca a la pancita de tus hijos, son útiles si vas a lugares donde hay mucha gente.

NO LOS DEJES AL CUIDADO de personas que no conozcas lo suficiente, ni por unos minutos. Tal vez no te los roben, pero el riesgo de un abuso sexual está latente y puede provenir de quien menos lo esperas.

¡Aguas con las redes sociales!

Sin cuenta: yo te diría que NO les dejes abrir un perfil de Facebook, Twitter o Instagram hasta que tengan, mínimo, 18 años. 

Si decides darles permiso, que sea con la condición de que no pongan foto ni nombre verdadero o datos que ayuden a localizarlos como: dónde viven, a qué escuela asisten, si tienen actividades.

No aceptar a extraños. Que no acepten como contacto a NADIE que no conozcan en persona.

Revisa con quién(es) chatean. En internet se usan mucho los seudónimos, pregúntales siempre con quién están platicando, si l@ conocen en persona, cómo lo conocen. (Incluso a los de más de 18 años).

Ignorar anuncios o propuesta de trabajo en la que les pidan acudir sol@s, fotos con ropa provocativa, en horarios poco usuales.

Confianza. Pídeles que te comenten si reciben algún mensaje sospechoso, desagradable o amenazante y luego, que bloqueen a quien se los haya enviado.

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