Lo que alberga nuestro cielo

25/05/2014 03:00 Yudi Kravzov Actualizada 22:06
 

Cuando mire por la ventana del avión y me di cuenta que había una gran nubosidad de color blanco resplandeciente que había dominado mi escena durante los últimos 15 minutos.

 Esto me dejó impresionado,  prácticamente no me permitía ver más allá, pareciera que estábamos volando en la nada, todo era blanco, con lo que se me olvidó por un momento que el avión había salido retrasado una hora y que nadie nos daba información de lo que sucedía. 

Siempre he reconocido que ver las nubes de frente es un espectáculo fabuloso para poder encontrarles alguna forma.

Durante el trayecto, pude percibir  en el horizonte otras de color gris, algo extraordinario sobre todo cuando pareciera que uno esta a punto de encontrarse con Dios en su gran reino de nubes.

En cada viaje que realizo se detonan decenas de experiencias, se viven  sensaciones de todo tipo, se aprenden conocimientos de diversas índoles, pero sobre todo se vive, se respira y se sudan los misterios y los enigmas.

 Con cada saludo que hago se abrirán infinitas oportunidades para construir los puentes de comunicación con los investigadores abocados al tema Ovni y Paranormal, para mantenernos bien informados y brindarnos un apoyo mutuo en todo momento.

Me queda muy claro que en cada rincón de la República Mexicana hay decenas de sitios enigmáticos donde se ha detectado una gran actividad ya sea de avistamientos Ovni o de hechos sobrenaturales. 

Lugares denominados como Hot Spot o lugares calientes, donde  hay decenas de investigadores, de estudiosos o de simples interesados que les han dado puntual seguimiento a cada hecho extraño para tratar de explicar lo que ahí sucede.

También estoy consciente que también hace mucha falta la difusión de esas historias, desde luego, se deben crear los foros idóneos para cada una de las necesidades de la información que se va generando y divulgar las investigaciones, los estudios que se vayan desarrollando, pero sobre todo publicar las conclusiones a las que se ha llegado.

Nos encontramos en un gran momento histórico de gran definición entre aquellos que en realidad se entregan a la investigación, movidos por su pasión y entre aquellos “oportunistas del misterio” que ven en esto una alternativa para ser reconocidos en temas que en muchas de las ocasiones no tratan con la seriedad debida, pues piensan que con un buen diseño en la envoltura, la información y el contenido pasa a un segundo plano. 

En muchas ocasiones he pensado que para ellos, los casos no tienen ninguna trascendencia por que en realidad no se la encuentran, pero no es por que sean insignificantes sino porque su bagaje cultural es limitado, por no decir nulo y esto no les permite darle su justa dimensión a los fenómenos.

Desde luego, no es malo que esto suceda, pero si es así debemos de prepararnos, debemos de leer las novedades editoriales, de estar al tanto del acontecer nacional e internacional, marcar nuestras propias agendas con los temas de trascendencia.

Esto se puede lograr mediante la lectura, escuchando a los programas de radio y viendo a los programas de televisión especializados, siguiendo a las investigadores de renombre en sus redes sociales, pero sobre todo estando en el lugar de los hechos e involucrándonos en lo que realmente implica la investigación de campo.

Por lo tanto, está en nuestras manos diseñar  los canales de difusión o de lo contrario entraremos en una nueva etapa de recesión  como ya sucedió en la década de los 80 y que tardamos 10 años en salir de ella en cuanto a la investigación, estudio, análisis y difusión de fenómenos tanto Ovni, como paranormales en la República Mexicana.

 

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