MUJER G: “Piel de ensueño”

23/06/2015 22:50 Redacción Actualizada 15:06
 

Al pensar en una piel bella debemos tener muy en cuenta que esto tiene que ver con que esté saludable, lo cual le da una textura suave y tersa, además de que así luce brillante, con un aspecto húmedo y de coloración uniforme. 

En una piel hermosa, los poros son apenas visibles, mientras los músculos que la soportan son firmes, elásticos y flexibles. 

Por eso debes cuidarla y si tu piel no luce así, es probable que padezcas alguna afección cutánea producida por estrés, contaminación o mala nutrición u otras causas que pueden alterar su  delicado equilibrio. 

Para verte muy bien. El dermatólogo y oncólogo Javier Ruiz, director de la clínica Dermédica, dice que la epidermis debe ser tratada como un órgano sensible, que experimenta cambios en la vida debido al clima, edad, condiciones generales del cuerpo y mente, pero sobre todo, del cuidado que reciba.

Algunas situaciones sobre las que alerta el experto son:

1. Piel seca y deshidratada. 

La resequedad ocurre principalmente por cuestiones genéticas y climáticas. El aspecto de este tipo de dermis es escamoso o laminoso. Suele ser delgada, con pocos o nulos poros visibles. Una de sus principales características es que después de lavarla se siente tiesa, carece grasa que le da confort y flexibilidad. Es recomendable utilizar una crema  con lípidos. A toda las pieles les es difícil retener agua, por eso se recomienda utilizar una crema hidratante que ayude a mantenerla en las células.

2. Espinillas

Son tapones de sebo y células muertas que bloquean la entrada del folículo piloso. Con el aire, el sebo se oxida tornándose negro. La limpieza profunda y la exfoliación son esenciales para evitarlas.

3. Barros

Por la acumulación de grasa en los poros se forman pequeños nódulos blancuzcos con una capa de piel que los cubre. A diferencia de las espinillas, la punta permanece blanca. La limpieza juega un papel muy importante en su tratamiento.  “Los barros no deben extraerse, pues en el intento puede llegar a dañarse la piel e, incluso, marcarse con cicatrices. Aparecen con frecuencia en etapas de cambios hormonales, si llegan a brotar más de cinco al mismo tiempo, puede tratarse de una enfermedad, como el acné, y es necesario acudir con un dermatólogo”, sugiere el doctor Ruiz. 

4. Poros abiertos

Son los folículos dilatados, señal de una piel grasosa que hace que el cutis luzca con brillo. Para disminuir esta afección se aconseja el uso de lociones astringentes sin alcohol, mascarillas, geles y cremas especiales para dar al cutis un acabado terso.

5. Manchas

El melasma, conocido como paño y que aparece como manchas pigmentadas en la cara se asociada a la constante exposición solar. Predomina entre mujeres y por cuestiones hormonales: embarazo, anticonceptivos orales y terapia de reemplazo, puede no estar asociado a ninguna causa aparente. Generalmente no es una enfermedad, sino un problema cosmético. Su diagnóstico es clínico. “Para su manejo existen numerosos y efectivos tratamientos con los que se logran muy buenos resultados”, afirma el dermatólogo.

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