LA RENDIJA: ¿Qué sigue para Ameyalco?

22/04/2015 13:04 Actualizada 13:05
 

Como se recordará, el 21 de mayo de 2014, unos 2 mil granaderos llegaron al pueblo San Bartolo Ameyalco (en náhuatl, “donde brota el agua”), en la zona alta y boscosa de la delegación Álvaro Obregón. Tenían la orden de resguardar obras hidráulicas en torno a un manantial. Meses antes, las autoridades habían asegurado que aquella era para proveer de líquido a los mismos pobladores (con problemas de desabasto desde hace décadas), pero los vecinos nunca lo creyeron así, por el contrario, sostuvieron, el gobierno buscaba llevarse el agua a zonas residenciales. 

Ese 21 de mayo, vecinos y granaderos se enfrentaron. Hubo muchos heridos de ambos lados. Un policía estuvo en coma. La trifulca fue televisada. Cinco pobladores fueron detenidos. 

Tras procesos, amparos, ir y venir entre jueza y magistrados, en diciembre pasado, cuatro fueron liberados para no llevar su proceso en la cárcel, como una suerte de ofrenda de Navidad. Pero uno de ellos, Eduardo Mejía, permaneció detenido en el Reclusorio Oriente. 

Durante estos 11 meses, los pobladores de San Bartolo hicieron marchas y mítines para exigir la liberación de sus vecinos; se organizaron para defender el manantial, pero también se dividieron: unos vecinos sí creían en las autoridades, y anhelan agua en sus hogares; otros quisieron cambiar la organización y así proteger el manantial y exigir agua. Entre las leyes encontraron una figura que les permitía aspirar a tener representación local ante la delegación. 

Una jueza ha otorgado la libertad lisa y llana de los cinco pobladores de San Bartolo Ameyalco, incluido el que permanece en prisión y que, probablemente, mientras esta columna es escrita, se prepara para la libertad.

En todo este tiempo, los problemas de desabasto hídrico en San Bartolo no han sido solucionados. Los vecinos, en su mayoría gente trabajadora, deben lidiar con las pipas de agua, con el racionamiento y la escasez. Mientras, lo poco que queda de cerro (y que permite la recarga de los mantos acuíferos, sigue siendo víctima de la deforestación: proyectos residenciales exclusivos o ‘paracaidistas’ que no tienen otro lugar donde vivir. La obra del manantial, dicen unos, está parada. Otros aseguran que continúa de forma velada. 

Ahora que los cinco están libres, ¿qué sigue para San Bartolo?, ¿agua comunitaria?, ¿entubamiento del manantial?

 

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