LA BANQUETERA

20/03/2015 04:30 Paola Ascencio Actualizada 02:38
 
Hermilo y Mariano Ortiz nunca imaginaron la fama que alcanzaría su comida costera. Y es que desde hace más de 30 años, estos hermanos han maravillado las calles del Centro de la ciudad con singular puesto de mariscos. Fue en 1982 cuando este lugar de banqueta comenzó con unas cuantas empanadas. Pulpo, pescado y camarón era todo lo que se conseguía. 
 
Con el tiempo, sus clientes encantados por su rico sazón, les demandaron una extensión de sabor. Por eso, con la experiencia de Hermilo —quien años atrás trabajó en un gigante restaurante de mariscos—, estos hermanos ‘zarparon’ y se aventuraron a preparar lo que en estos días es un manjar del mar. 
 
Así, su ‘barco’ de metal se convirtió en el mejor para los paladares ‘navegantes’; cincuenta, cien o hasta 200 comensales arriban diario a este lugar. Y es que cualquier marinero podría envidiar su forma de cocinar.Por eso, en la colonia Tabacalera, sus mariscos con sabor a vacaciones se han vuelto una tradición de sabor entre quienes necesitan un pedacito de playa en el pálido concreto.
 
“Tenemos tantos años aquí que ya la gente nos reconoce de vista. Los saludamos y, en algunos casos, ya sabemos lo que van a pedir”, menciona Hermilo, quien a una cuadra de su puesto ambulante logró edificar junto a su hermano un gran restaurante marisquero.
 
Es un “Puerto Escondido”, pues las reducidas y solitarias calles donde se ubican les brindaron el nombre perfecto a su afamado y extenso establecimiento. Sin embargo, para estos marineros de la cocina, guisar y aderezar su comida del mar en su viejo ‘buque’ es un gusto que mantienen aún con vida. 
 
Aquí puedes escoger unas crujientes ‘pescadillas’ rellenas de trozos de pescado fresco —aderezado con cebolla, jitomate, chile y limón—, que deleitan con su exquisito sabor. 
 
Unos típicos pescaditos fritos  que por sólo 25 pesos se entregan envueltos en un suave, pero consistente capeado de huevo que truena al morder y que al romperse descubre una gruesa porción de pescado blanco.
 
Si prefieres algo más preparado, opta por su popular y jugoso ceviche de pescado, que con un cítrico sabor te conquista con la primera cucharada. O un coctel de camarón, que desde el momento en que surgió ha cautivado a sus clientes por su rojiza y deleitosa salsa brillante, que rodea a un puñado de largos y rosados camarones que ‘naufragan’ en compañía de pedazos de cebolla, jitomate y aguacate. 
 
Pero si hablamos de olas de sabor, es su ‘Vuelve a la vida’ el que arrasa en sazón. Pues con fragmentos de pescado encevichado, dócil y blandito pulpo, jugoso, tierno camarón y un cítrico caldo preparado con jaiba, almeja y ostión, sumergen a cualquiera en un placentero mar con sabor costero. 
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