SUPERCÍVICOS

19/02/2015 13:21 Tanya Guerrero Actualizada 13:53
 

A Arturo Hernández lo han golpeado, le han escupido y le han mentado la madre más de un centenar de veces. Ha tenido que darle sus datos a los policías, que reportan sucesos fuera del orden público más de lo que cualquier criminal lo ha hecho.

Él ha movilizado civiles, policías, patrullas y multitudes. Lo han corrido del metro y amenazado más veces de las que puede contar. Lo curioso es que en ninguna de las 70 veces en las cuales se ha visto implicado en alguno de estos “incidentes”, ha violado la ley.

Al contrario, ha exigido que se cumpla. Arturo es el Comandante Hernández y forma parte de los cuatro Supercívicos que patrullan en esta ciudad.

“Un día iba yo en mi coche con mi amigo y casi chocamos porque otro vehículo iba en el carril del trolebús. Mi amigo me dijo, –“cómo me gustaría tener un coche estilo Mad Max que pusiera orden en la ciudad”–. Y le dije, hagámoslo”, comenta el Comandante Hernández.

Un año después, un coche de bajo presupuesto que funcionaba como patrulla cívica, con parlantes y bromas que exhibían a los policías que no hacían bien su trabajo, se hizo realidad. Se llamaba "Masiosare".

La idea fue llevada a la televisión, sin embargo eran censurados por “criticar” a delegados, gobernadores y empresas privadas que “molestaban a mucha gente”. 

“Yo creo que el hogar natural de los Supercívicos es el Internet, en donde realmente hemos hecho lo que queremos y ya llevamos más de 20 millones de visitas en nuestro canal”.

De entre las cápsulas más memorables del escuadrón – conformado por Hernández, Brigadier Esewey, Ingeniero Ramos y Alférez Chuy-vaca— está donde el comandante se disfraza de Jesucristo para subirse al metro y “curar” a los “hermanos” que “no pueden caminar”.

“Era la gente que estaba ocupando el asiento reservado para personas de la tercera edad y mujeres embarazadas. Les tiraba agua bendita y les decía “ya puedes caminar, hermano”.   Aunque esa cápsula ha sido vista 7 millones de veces, la considerada como favorita del público es La Tina bache. “Me gustan las causas que cuando las hacemos, evidenciamos al gobierno y luego, luego las corrigen”, explica Hernández.

Al caminar sobre avenida Félix Cuevas para hacer una más de sus 70 cápsulas —que en dos años han logrado posicionarse en internet con un canal de Youtube y una cuenta de Facebook—, el comandante Hernández comienza a armarse con valor y una cámara, mientras es saludado y alentado por algunas personas que se encuentran a su paso.

Lo felicitan, le levantan los pulgares y lo incitan a seguir con la noble causa. “Odio la injusticia y en este país la injusticia se da todo el tiempo. Cuando sacas la cámara, la policía se pone a trabajar”, explica con evidencia en videos de agentes que comienzan a hacer su trabajo cuando saben que son observados. En algunos casos, se muestra también cómo en medio de estos happenings los peatones participan también exigiendo justicia.

 

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