BANQUETERA

17/04/2015 04:00 Tanya Guerrero Actualizada 22:02
 
En esta ‘selva de asfalto’ hay una sombra para descansar. Aquí podrás internarte en un mundo salvaje de sabor, con deliciosos guisados envueltos en tortillas de maíz de 45 centímetros al que los nativos llaman: Jirafas.
 
En este fascinante recorrido, verás a exóticos animales en su hábitat natural, amenizando el paladar de los comensales que, sin peligro, son guiados a su encuentro.
Las Jirafas y La Mula es una Banquetera que te dejará enamorado de tu lado salvaje. Es un rinconcito de Santa María La Ribera —al que he añorado regresar, desde el instante mismo en que me fui—–, se guarda este secreto ancestral.
 
La idea de hacer quesadillas que parecen largos cuellos de jirafa, con todo y sus manchitas cafés, nació de una sana competencia de “a ver a quién le queda más grande”, entre Jorge Martínez y su amigo.
 
“Teníamos como 24 años y él empezó a vender quesadillas más grandes que las mías y le dije: voy a hacerlas de 45 centímetros, y así quedaron”, comenta Jorge, el orgulloso dueño de este rincón. 
 
Lo difícil de hacer estas jirafa-quesadillas  es, por supuesto, el tamaño de la tortilla que, a la menor provocación, puede romperse. Superando el peligro, una lista de deliciosos platillos como picadillo, papa, rajas, carne, tinga de pollo y chorizo, comienzan a desfilar sobre los anafres. De todos los sabores que una jirafa puede tener, la ‘mera mera’ es la de pastor con queso.
 
A Jorge le gusta que la gente joven se divierta aquí y, por eso, además de ofrecer una incomparable variedad de (cervezas), bebidas de cebada de todos los sabores posibles —manzana y coco son el mismo paraíso—, coloca en medio del local una especie de barra de aderezos y salsas con las que puedes darle identidad a la jirafa que te acompaña.
 
Lechuga, rábanos con cebollita, limón, jalapeños en vinagre, chipotles dulces y salsas de guacamole y chile de árbol son  complementos que nunca faltan.
Se dice que la cerveza de chamoyada con alcohol o sin alcohol es la mejor de la ciudad, pero yo te aseguro que todo lo que aquí pruebes está buenísimo. Así como las ves de grandes, los pedidos no tardan más de 10 minutos en llegar a tu mesa y, de pronto, este lugar se vuelve una pasarela de ricas jirafas.
 
Pese a que esta área es considerada una zona protegida, debo advertirte que a este ambiente selvático ha llegado una sola especie invasora: La Mula que, además de ser enorme, es el orgullo del dueño.
 
Esta es una especie de alambre con pollo, jamón, tocino, pimiento verde, cebolla y queso que viene servido en una canasta hecha solo para ella. Es la especialidad del hogar.
Si hoy quieres sacar a lucir tu lado bestial y adentrarte en una fauna distinta, Las Jirafas, con su  Mula, es el lugar indicado para hacerlo. Quesadillas, bebidas y fotografías de hermosas jirafas te esperan. ¡Anímate!

 

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