VIDAS CALLEJERAS

15/10/2014 04:30 Paola Ascencio Actualizada 02:22
 
José Edilberto se sienta todas las mañanas frente al colegio Benito Juárez en la colonia Roma. Ahí, permanece junto a su esposa poco más de siete horas hasta que sus hijas cumplen con su horario escolar. Pero además de esperar, ambos trabajan arduamente. Y es que con una vieja máquina de coser, en plena calle de la ciudad, arreglan y fabrican ropa de todos los tamaños y colores para mantener a su familia.
 
Para este hombre coser con la ayuda de su instrumento de trabajo, de tonos verdes y con unos cuantos hilos de colores, es su forma de sobrevivir. Hasta hace unos años, don José tenía un buen trabajo, estable, pero lo liquidaron debido a su edad.  A sus 66 años, con menos ingresos perdió el lugar donde vivía con su familia.
 
"Mi esposa y yo comenzamos desde cero y no teníamos nada. Ya debíamos un mes de renta, nos corrieron y hasta me demandaron. Pero logramos salir de esto con voluntad", asegura José, quien por más de 40 años laboró como sastre y modista.
 
Así, con el conocimiento en las manos, este hombre emprendió la búsqueda de una solución para salir adelante honradamente. Con el apoyo de un vecino de la colonia, se ha instalado durante más de tres meses con una vieja máquina de coser en la calle de Jalapa. Lugar donde aprovecha el tiempo trabajando y desde el que puede cuidar a sus hijas.
 
Al lado de su esposa Maria del Rocío, cosen, cortan y confeccionan. Ponen botones, suben dobladillos y cambian cierres. Reciben pantalones, vestidos y sacos para arreglar, pues este hombre sastre admite, que aún cuando su antigua máquina de coser es prestada, marcha perfectamente. Sólo basta pedalear para hacerla funcionar. Tanto así que gracias a ella y a su buena mano le ha incrementado el trabajo.
 
"Lo hacemos de lunes a viernes, desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde. Tenemos mucho qué hacer; casi todo el trabajo que nos dan, viene de las mamás del colegio. Pero ahora ya hasta vienen desde más lejos del Eje Central, y dicen que vienen por recomendación", menciona José. 
 
Además de arreglar la ropa que sus clientes les llevan, José puede elaborar prendas sobre medida a partir de la imagen de una revista. Pues su amplio conocimiento adquirido en una escuela, le ha otorgado la habilidad de crear todo tipo de atuendos. Desde un pequeño vestido de niña, hasta un vestido de novia. "Usted escoge su modelo y yo lo hago. Y si no sale como en la revista, no me lo paga", agrega José. 
 
Don José Edilberto dice que seguirá sentando todas las mañanas frente al colegio Benito Juárez en la colonia Roma. Ahí junto a su esposa, trabajará arduamente para sacar a su familia adelante. Cosiendo en plena calle de la ciudad con la vieja máquina de coser que le prestaron para sobrevivir.

 

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