Los invencibles: No se detiene ante nada

13/08/2015 13:48 Actualizada 13:48
 

Tiene 26 años, estudia, trabaja y supera obstáculos todos los días.

A pesar de haber perdido ambas piernas en un accidente, Saraí Vega Espinosa logró posicionarse en una organización que ayuda a otras personas con discapacidad y ganó una beca para estudiar en una universidad privada.

Nunca se dejó caer, ni siquiera  en el peor de los escenarios. Tenía 18 años cuando el tráiler en el que viajaba volcó y marcó su vida.

“Eran vacaciones de Semana Santa y me fui con un tío trailero a San Quintín, Baja California. Después del accidente mi familia no me encontraba, me amputaron sin autorización y me dieron por muerta”, recuerda Saraí.

Su madre la encontró y logró  trasladarla a un hospital altruista en Estados Unidos, donde fue atendida durante un año de forma  gratuita.

Un año que se dividió en cuatro meses en coma y 23 cirugías, necesarias después de las amputaciones y las quemaduras que invadieron casi todo su cuerpo.

Su madre permaneció a su lado, mientras su papá se quedó en México a cuidar a sus hermanas.

Al volver al país Saraí era una nueva persona, una sobreviviente, con una nueva imagen. 

“A pesar de que en el hospital aprendí a asimilar mi discapacidad fue triste que mi familia me viera en esta nueva situación. Me daba miedo que la gente se alejara al verme, me daba miedo quedarme sola, pero mi familia siempre estuvo ahí”, cuenta la estudiante. 

Reincorporarse a la vida social, laboral y estudiantil llevó mucho tiempo. En el camino encontró a Grupo Altía, asociación que con apoyo de Vida Independiente y Fhadi ayudaron a Saraí a conseguir la libertad para moverse en las calles y la seguridad para obtener un trabajo. 

Ella se desempeña como contadora en Grupo Altía, el resto del día estudia Derecho y su tiempo libre lo comparte con Elías Silva, su novio. 

Elías y Saraí comparten departamento, actividades y discapacidad, sin embargo, esto no ha sido un impedimento para que los jóvenes se desarrollen personal y profesionalmente. 

“Elías es una parte fundamental para que yo sea independiente”, asegura Saraí. 

La pareja es un ejemplo de perseverancia y superación. Juntos se reúnen en Altía para dar motivación a otras personas que, como para ellos, el destino  tenía una discapacidad.

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