BOCANADA: El hijo de “Cantinflas” Mario Arturo

13/08/2015 13:43 Actualizada 16:52
 

—¿Quién es Mario  Moreno Ivanova?

—Una persona común y corriente que tuvo la fortuna  de ser hijo de Mario Moreno Reyes  ‘Cantinflas’, pero que vive una vida muy normal, una vida de la cual le aprendí mucho a mi papá, quien me guió a vivirla y yo creo que hasta los últimos seis o siete años es como él me vio viviéndola.  Soy una persona que ha pasado por muchas etapas en su vida que le marcaron la infancia,  la juventud, la adolescencia y pues ahora ya en la plena madurez, a los 55 años, veo que soy feliz, que tiene lo que quiere, que ha vivido plenamente y muy contento con los logros que he tenido en la vida.

—Tu papá fue Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes, ¿tu mamá?

—Mi mamá biológica Marion Roberts y mi mamá adoptiva Valentina Ivanova de Moreno. 

—¿Fue difícil ser hijo de ‘Cantinflas’?

—Fíjate que no me di cuenta. Mi papá siempre me hizo ver las cosas muy naturales. Me inculcó que no era nada especial.

—¿Qué la aprendiste?

—¡Uy, qué no le aprendí! Tantas cosas. Le aprendí  que era un ser humano con un gran corazón. Eso me lo transmitió. Me inculcó mucho que hay que ayudar al prójimo, al que necesita. Que hay que ser leal, honesto, manejarse con la verdad, así sea lo peor. Que hay que ser transparente.

—Por lo que dices, fue un buen padre. ¿Qué no llegaste a entender de esa figura para aplicarlo con tus hijos?

—Mira, lo que yo siento es que la generación a la que pertenezco somos la generación sándwich porque nos regañaron nuestros papás y, ahora, nos regañan los hijos. A mí mi papá me manejaba con los ojos, había un respeto que ahora no tienen los hijos hacia los padres. ¡Dios me libre de levantarle la voz a mi papá o de discutirle algo! Ahorita,  ya no puedes manejar eso con los  hijos adolescentes. Ahorita, ellos te dicen qué hacer. Ya no puedes recurrir a la nalgada bien dada porque hasta con  Derechos Humanos te acusan.

—En tu juventud,  ¿qué excesos cometiste en esa época que ahora te arrepientas y que quisieras borrar?

—Uy. Borrar realmente ninguno porque de todos he tomado experiencias y aprendí. Y pues yo creo que como cualquier adolescente inmaduro, irresponsable, pues en el consumo de alcohol, de fiestas…

—¿Consumo de drogas?

—Sí, a veces también. En el medio en el que crecí y sobre todo en la adolescencia, pues había mucho contacto en fiestas,  sobre todo en Estados Unidos, en México no tanto, pero allá era algo popular, algo de moda en un estrato social alto.  Me preguntaban que si tenía yo la certeza de hacerme algún análisis, pues a mí que me hagan lo que quieran, estoy tranquilo. 

—¿Estás limpio?

Cien por ciento.

—¿Qué pasa actualmente con la familia de ‘Cantinflas’? ¿qué pasa con la disputa por los derechos de las películas?

—La disputa está pendiente. Está ahorita en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya tenemos el número de aceptación, de registro, y sólo es esperar.  Me dicen que hay que esperar un par de años, que pueden ser tres…

—Ya fue bastante tiempo, ¿no?

—Sí, llevamos 22 años  y esperando que ya pronto se acabe. Yo lo que quiero es que se termine esto, no para ganar o perder, sino para ya dejar descansar la memoria de mi papá, de sacarla de problemas legales.

—¿Qué te gustaría ser, un caballero a la medida o un gendarme desconocido?

—Un gendarme desconocido porque tiene más picardía, más chance de hacer las cosas en la vida.

—¿Nunca te han dicho “ahí está el detalle” de tu vida y no te has dado cuenta?

—No, fíjate que no, de ese sí no me he dado cuenta.

—¿Nunca te han dicho “no te engañes corazón”?

—Sí, cómo no, muchas veces.

—Si dieras la vuelta al mundo en 80 días y pudieras decir aquí me bajo, ¿qué país escogerías?

—España.

—Si tu vida fuera un documental, ¿cómo lo titularías?

—No sé, posiblemente  sería “El éxito de los fracasos”.

—¿Has sido buen padre?

—No, para nada. He tenido muchos errores, fallos y muchos aciertos también.

—¿Qué has tenido más, errores o aciertos?

—Yo creo que he tenido muchos errores, y  eso me ha llevado a los aciertos. Corrigiéndolos y no tropezarme con el mismo error.

—Has dicho que eres muy afortunado por la vida que te tocó, pero también te ha tocado vivir cosas difíciles,  fuertes, es dolorosa esa parte ¿no?

—Sí, porque  mi papá, la vida que eligió para mí, que él formó, que trazó, pues se desvirtuó totalmente. 

—¿Qué pasó con Mario Moreno Bernat?

—Fíjate que eso siempre va a ser una incertidumbre para mí,  la pérdida de mi hijo. Pero más doloroso para mí porque estaba en un estado anímico muy fuerte, muy positivo, de mucha energía. De hecho, nos sentamos los dos a llenar un formato para ingresar a la Universidad, lo enviamos por correo.  Justo en enero, hace un año,  me llegó la respuesta de aceptación, eso ‘me movió el tapete muy feo’ porque me revolvió otra vez los sentimientos...

—¿Le diste la atención necesaria?

—Sí. Los últimos seis meses estuvimos luchando muy fuerte.  Estaba bien él, con muchas ganas de salir adelante, se estaba preparando para su examen de la universidad. Todavía una noche antes  de que presentara su examen, el domingo 23 de junio,  hablé con él y me dijo “me siento muy nervioso pero estoy bien preparado, lo voy a sacar bien”, le dije  que él era muy capaz…. y de ahí al lunes, no sé qué habrá pasado por su cabeza, solamente él va a saber la verdad. 

—Si tuvieras enfrente a tu hijo, ¿qué le dirías?

—Le preguntaría qué es lo que lo llevó hacer eso.   No sé qué fue lo que esa noche pudo haber cambiado para él.

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