FUGA DE TALENTO
En días pasados, di a conocer mediante mi cuenta de ‘Twitter’ (si aún no me sigues es buen momento que lo hagas: @clarketo) una noticia que si bien, no era una primicia, sí generó mucho revuelo entre los seguidores y ‘fans’ de la persona en cuestión.
Por si no están enterados, Carlos Rivera (a mi parecer uno de los mejores ex alumnos de ‘La Academia’) firmó con Televisa, después de mucho ‘estira y afloja’.
En nuestro país estamos acostumbrados a que esta ‘fuga de talento’ sea nuestro pan de cada día; grandes científicos, excelentes músicos y en recientes años, cineastas de gran prestigio, terminan por migrar de México para poder realizar sus sueños, sus carreras o reafirmar su éxito en tierras donde son realmente valorados. Lo mismo sucede entre televisoras.
Cuando el fenómeno de ‘La Academia’ surgió hace ya muchos ayeres, fue un suceso que no sólo aplaudí, sino que debo admitir que me convertí en ‘fan’ de la primera generación, como muchos mexicanos más. La idea de ver gente ‘normal’ volverse grandes estrellas, voces talentosas surgir de lugares inesperados y sobre todo, escuchar nuestras canciones favoritas en voz de nuestros ‘gallos’, era todo un espectáculo digno de ver.
Con el paso de los años (y de las miles de generaciones) vimos pasar voces inigualables, talentos natos que nos demostraban que México está lleno de arte, pero también pudimos apreciar el poco apoyo que la televisora del Ajusco les brinda.
La idea de generar talento año tras año (o incluso algunas generaciones más cortas) es buena, siempre y cuando se le dé el espacio necesario para que sus propias estrellas brillen como lo deben hacer. Vimos desfilar caras bonitas, voces enormes y talentos brillantes que se fueron apagando con el paso del tiempo.
Entre ellos vimos nacer a Carlos Rivera, quien no solamente posee una voz envidiable y de las mejores que hemos escuchado, sino que posee un ángel necesario para poder hacerla ‘en grande’ en cualquier lugar. Para muestra basta un botón, pues ahora es una de las más grandes estrellas en España, un artista musical respetable en Broadway y hasta hace unos meses, el talento más desperdiciado en nuestro país.
Honestamente, aplaudo su decisión de incursionar en las filas de Televisa; si bien mucha gente estará en contra de este hecho, poco a poco le darán la razón, pues no hay mejor escaparate que nuestra televisora. Las oportunidades se toman cuando las tenemos enfrente y hoy te felicito Carlos por esta elección que sin duda alguna, te pondrá en el panorama y en el destino que mereces: las grandes ligas.
Enhorabuena para Carlos Rivera y también para nosotros sus seguidores que ahora podremos verlo más y mejor en los lugares donde sólo una estrella como él puede brillar.
5, 4, 3, 2... ¡CLARKETAZO!
