LA BANQUETERA

12/03/2015 22:27 Paola Ascencio Actualizada 22:28
 
Si se puede hablar del buen sabor de Michoacán, hablemos entonces de este lugar. Con gruesos pedazos de carnitas, tacos atiborrados de pastor y gigantes gorditas de papa, chicharrón, frijol y requesón, su famoso local ha conquistado a toda la capital con el rico sazón de Quiroga. 
 
Comenzó hace poco más de 50 años en una esquina de avenida Revolución. Su nombre es ‘El Cazo Napan’ y fue Antonino Barrientos, un hombre originario de Michoacán, quien le dio vida al establecimiento. 
 
Abrió su pequeño local para ofrecer la receta original de las carnitas al estilo de su pueblo natal. Sus platillos, sazonados con manteca y acompañados de una salsa roja especial, cautivaron a los paladares que llegaron a degustar su fórmula secreta y familiar.
 
Ahora, en un local más amplio y organizado, pero en la misma esquina en la que empezó, este  comedor sigue sirviendo recetas michoacanas.
 
De su sabroso menú puedes elegir por 12 pesos, unos deliciosos tacos repletos de abultadas rebanadas de carne al pastor —acompañadas de salsa verde y cuadritos de piña—, o de un jugoso y brillante bistec aderezado con limón y envueltos en calientitas tortillas recién salidas del comal.
 
Unos tacos de trozos de pechuga bien cocida a la plancha o también puedes escoger los tacos rellenos de gruesas, pero bien macheteadas carnitas de cerdo que, con un exclusivo sabor —de más de cuatro horas de cocción dentro del gigante cazo de metal—, te invitan a pedir un kilo para llevar. 
 
Aquí el trabajo de sus cuatro cocineros es parejo, pues macheteando, sacudiendo, dorando y preparando, también te invitan a probar una gordita tradicional michoacana. Rellena de chicharrón prensado, la dejan en la plancha con  manteca, hasta que quede crujiente y dorada. La acompañan además con cilantro, cebolla y una singular salsa roja que ofrece a sus comensales una experiencia única del típico sabor de aquel estado del país.
 
 Pero la especialidad de la casa está en sus “Gordibuenas”, platillo que apodaron los clientes por su enorme y regordeta silueta. Por sólo 20 pesos, te espera alineadita y doradita sobre la plancha de metal, hasta convertirse en una deliciosa y gruesa bola de masa cocida en manteca, saturada e inflada de chicharrón prensado y atiborrada con cualquiera de sus tres carnes: pastor, carnitas o bistec.
 
Pero si prefieres lo colosal, vete por su platillo misterioso y fuera de la carta, la “Mega Gordibuena”, rellena con papa, requesón, frijol y chicharrón,  acompañada de carne al pastor y  queso manchego.
Además, puedes acompañar el delicioso sazón de Quiroga, con un buen vaso de agua de horchata con toques de canela, o con una fría y amarga cerveza. 

 

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