LA BANQUETERA

10/10/2014 04:00 Paola Ascencio Actualizada 02:38
 
Al comienzo de los años 70, el corazón de la ciudad de México vio nacer una pequeña fonda familiar. Aquí, comer un rico platillo tradicional se ha convertido en parte de la cultura mexicana, pues desde hace 57 años, se prepara un mole artesanal que —con su singular sabor— satisface el paladar de sus visitantes.
 
Este mole de particular fama, no es poblano, ni oaxaqueño. Es conocido como “mole nupcial don Rosendo”. Al ser durante muchos años el platillo principal en las bodas populares, en “Fonda Mi Lupita” guardaron la  magia de este histórico guiso. 
 
Fueron don Rosendo Gutiérrez y su esposa Jovita Zetina, quienes le brindaron tan afamado nombre a este mole proveniente de dos regiones del estado de México. 
 
Su receta es única, pero no secreta. Combinando la sazón de la familia Gutiérrez, con el toque del mole de Ocuilan de Arteaga de la familia Zetina, esta pareja creó una versión exquisita de este platillo, que preserva el sabor de cada ingrediente que lo conforma.
 
“Nuestra receta lleva casi todo lo tradicional de un mole. Lo que lo hace diferente es que todos nuestros ingredientes son tostados o fritos durante el proceso de preparación. Nada viene crudo, por eso no causa agruras ni acidez. Y si le hace daño, yo le pago la medicina”, asegura Miguel Ángel Gutiérrez Zetina, hijo de los creadores de “Fonda Mi Lupita” y actual encargado del local.
 
Con pasas, nuez, cacahuates tostados, panqué suavecito en vez de bolillo, tortillas fritas, chile miahuateco secado al sol, y otros ingredientes, este mole conserva un delicioso sabor después de pasar por tres procesos de cocción donde es frito, tostado y cocinado. 
 
En este lugar, puedes saborear una gran variedad de platillos bañados con el “mole don Rosendo” que reposa apaciblemente dentro de una cazuela de barro gigante.
 
Entre su menú, es posible encontrar tortas de pollo con mole y queso oaxaca, arroz, caldito de pollo o una pieza de pollo cocida, calientita y cubierta en su rica salsa.  
 
Pero entre sus especialidades, las “enchiladas súper especiales” o el “caldo especial” no pueden faltar. 
Estas enchiladas están rellenas de pechuga deshebrada, envueltas en una gruesa capa de mole artesanal, y escarchadas con queso, cebolla, y un toque de crema. 
 
Además, se acompañan con arroz, frijoles de olla e incluyen una pieza de pollo que te invita a devorarlas en cuanto llegan a tu lugar.  Si el hambre que traes es voraz, entonces puedes pedir un rico “caldo especial” que por $50 pesos, humea y tiene el sazón de esta pareja de cocineros. Tiene pechuga deshebrada, arroz cocido, aguacate fresco y chipotle de la casa, sazonado en piloncillo y miel, este caldo se convierte en el mejor complemento para unas ricas enchiladas.

 

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