LA BANQUETERA

08/08/2014 03:00 Tanya Guerrero Actualizada 03:38
 
Si vienes a este lugar, te vas a enamorar de Mamá Toñita. Tres veces se ha cambiado de local  —dos en la misma colonia— pero la gente la sigue, la agarra y no la puede soltar.
 
No los culpo, los huaraches gigantes de bistec que prepara son deliciosos. No escurren de grasa, están llenadores y tienen sazón propio. Simplemente, perfectos para cuando hay mucha hambre y poco presupuesto. 
 
De no saber ni hervir un huevo, a tener una cocina, Mamá Toñita ubicó a la huarachería “Las dos Reinas” en el top ten de antojitos de la colonia Molino de Rosas. 
 
Son ya 28 años los que lleva vendiendo garnachas.
 
Aprendió a cocinar a los 15 años por necesidad más que por gusto. La idea de los huaraches le vino a la mente un día mientras caminaba por la colonia Guerrero. Junto a su esposo montó un local en donde para darse a conocer, partía los huaraches que preparaba y salía a ofrecerlos frente a su local. 
 
“La gente tomaba un pedacito, iba a su casa y regresaban a comprar”, dice Antonia Monteros, mientras observa con afecto el lugar que tanto esfuerzo le ha costado.
 
Mamá Toñita dice que solamente viendo y viendo, aprendió a sazonar la comida. Triunfó preparando recetas que nadie le enseñó. “El día que mi mamá me vino a ver, lloró y me dijo ‘cómo es posible que cocines tan bien, si yo nunca te enseñé ni a hacer tortillas’”. Estaba orgullosa de todo lo que su hija había logrado.
 
A sus 56 años, tiene el empeño y la suerte de una colegiala, además de buena mano para amasar, ese es el secreto, dice.
Cuando la masa es de buena calidad, sabe mejor y se estira más, “yo con tocarla sé si está buena y si es de verdad, no la que venden en algunas tortillerías”, dice mientras prepara un huarache de tinga.
 
“Las dos Reinas” es la lonchería más conocida de la colonia, sus clientes vienen a pedir huaraches de bistec, chicharrón, huevo, papas con longaniza, tinga de res y pollo o si tienen poca hambre, pueden pedir sencillos con frijol y quesito. 
 
Cuando ya están casi satisfechos, rematan con una gordita rellena de chicharrón y salsita verde. Yo le puse limón y no me arrepiento.
 
Todos los ingredientes que usa para preparar estos exquisitos antojos son del día y de la mejor calidad. Pero no se preocupen, el amor que le pone, no le pone un costo extra. 
 
Al grito de “A ver qué Dios dice”, Mamá Toñita sigue preparando y preparando enormes manjares de masa, a los cuales les pone su toque especial de cariño. Son del tamaño del mundo con una pizca de sabor a cielo, razón suficiente para venir a probarlos.

 

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