SE PERFILA LA FINAL
Aunque las semifinales ya están tomando lugar, los aficionados aseguraban que los cariocas y los argentinos serían los protagonistas de la gran final.
Río de Janeiro es otro al que conocimos hace unas semanas. Lo que era fiesta y fervor mundialista en las calles de Copacabana hoy se ha convertido en un desfile continuo de argentinos cantando el himno que habla sobre la grandeza de Maradona por encima de Pelé. Los brasileños tampoco se quedan atrás y entonan canciones propias, que por mi nulo portugués bien podrían estar cantando algo a la virgen o una canción de albures y jamás me enteraría.
Los extranjeros hacen gala por su ausencia, al parecer los visitantes al ver que sus países fueron eliminados, han emprendido la graciosa huida dejando solamente a argentinos acampando en la playa, en sus coches o en las banquetas.
El Río de Janeiro caro sigue siendo el mismo. La sorpresa con la que vimos que una hamburguesa doble costaba 150 pesos, una botella de agua de 500 ml 60 pesotes o una noche en un hostal costaba dos mil pesos sigue siendo exactamente la misma: una exageración hasta para los europeos.
El dinero aquí rinde igual que una quincena con una esposa y 5 hijos.
A pesar de todo esto, los locales apuestan todo a que su selección será la campeona. Yo mismo lo comienzo a pensar también.
Las apuestas corren en su mayoría a favor de los argentinos que aunque no tienen a Di Maria, se regocijan al saber que tampoco Neymar podrá jugar y se sienten menos amenazados. La emoción porque algún otro equipo se hubiera colado en la final era mucho menor y no es para menos, una final entre Brasil y Argentina hubiera sido como un clásico América - Chivas; si bien no el más amado por todos, pero sin duda el más esperado por la mayoría.
Para ser sincero yo aún no tengo favoritos, pero de tener que elegir uno, mis gallos hubiera sido los verde amarelos. Si bien no por su juego (que ahora ya con tanto futbol hasta las orejas me importa poco) pero sí porque en estas largas semanas me han demostrado que son hospitalarios, serviciales, atentos y educados, pero sobre todo que me puedo sentir en mi hogar estando lejos de él.
¿Quién es tu favorito para la final?
4,3,2,1 ¡Clarketazo!