Uno de los eventos más importantes en todo el mundo, tuvo lugar este fin de semana pasado y trajo consigo un sinfín de beneficios en todo sentido.
Mis fines de semana consisten en pasarlos con mi familia, echarme cual res a ver muchas películas con helado y palomitas o en el mejor de los casos irme de fin de semana con Iván, mi prometido, y Alfa, nuestra perrita, a alguna parte cercana a pasar el día.
Este fin de semana pasado tuve la oportunidad de presenciar uno de los eventos mejor hechos y más relevantes que ha tenido el DF (aunque debo admitir que extrañé mi tarde de películas y helado). La Fórmula 1 llegó a la ciudad con una infraestructura digna del primer mundo y con un orden que envidiarían muchos eventos de este calibre.
La faena comenzó desde el viernes en donde la precalificación, si bien estuvo excelente, se vio un poco opacada por la lluvia, cosa que obviamente, a mí no me importó y disfruté el ‘show’ como niño chiquito. El sábado fue segundo día de calificación y aunque esta vez no hubo lluvia, la gente se esperó (como era sabido) hasta el domingo, el día del Gran Premio.
El domingo llegué desde muy temprano (10 am) y me llevé la grata sorpresa de ver un DF muy organizado. Si bien el Autódromo en otros países está construido en las afueras de la ciudad para facilitar vialidades y llegadas, el Autódromo Hermanos Rodríguez se las arregló para dar cabida a más de 100 mil espectadores que lograron llegar a tiempo y en forma a sus respectivos lugares.
Para llegar, colocaron autobuses que rodeaban constantemente el autódromo a manera de ruta, con lo que todos los asistentes pudieron llegar en transporte público o en sus propios autos y no sufrir en exceso por el ‘despapaye’.
Dentro de las instalaciones, el evento bien pudo haber sido una feria gringa o sino es que hasta un parque de Mickey Mouse y lo creíamos. La logística de los boletos, la organización en la entrada, la facilidad para comprar comida y bebida pero, sobre todo, la gran seguridad que se sentía dentro, inspiraba mucha confianza y ganas de pasarla bien.
El ‘show’ fue sin duda un suceso sin precedentes y todos quedamos muy satisfechos. Colocaron de igual forma varios ‘fan zones’ donde en pantallas gigantes, la gente pudo disfrutar también el evento desde la colonia Condesa, La Roma o el Centro Histórico.
México está preparado para eventos de esta magnitud y sobre todo, para salir airosos y llenos de alegría de haber sido parte de un parteaguas en nuestra sociedad.
La derrama económica que este evento genera, los empleos y la difusión de nuestro país son valores dignos de presumirse a nivel mundial. Tendré que comenzar a ahorrar para la Fórmula 1 en el 2016.
5,4,3,2 ¡Clarketazo!
