BOCANADA

02/04/2015 05:00 Samuel Ocampo Actualizada 22:30
 

Es una joven de 20 años, que le gusta el rock y el Metal. Desde el domingo pasado, da vida a la Virgen María dentro de la 172ª representación de la Pasión de Cristo, que se realiza en los Barrios de Iztapalapa. ¿Qué estudia? ¿es fiestera? ¿qué opina de temas como el aborto? Conócela en esta Bocanada.

—Soy una chica de 20 años que trabaja como asesor financiero, y estudio en la Escuela Bancaria y Comercial.

—Adama, precisamente antes de que la tierra de Nazaret se llamara así y Cristo llegara, esa tierra se llamaba Adama.

—Mi papá, se llama Genaro.

—Pues no, pero lee mucho, le gusta mucho informarse.

—Mis papás, mi abuela y yo.

—Así es.

—No, pero sí voy a fiestas más que nada familiares, tengo una familia muy grande y entonces cada fin de semana hay un cumpleaños de alguien.

—¡No me gusta bailar! Mmm, no es que no me guste; pero no sé bailar.

—Me gustaría aprender a bailar HipHop, pero soy un tronco.

—No.

—No.

—Más que nada me gusta el rock, el Metal. Me gusta Guns N´ Roses, Metallica.

—Te voy a ser sincera, a mí me gusta mucho la música. Yo estudié en el Conservatorio, 3 años me dediqué a estudiar el clavecín y soy muy versátil. No me gusta la cumbia y la salsa; pero me gusta el rock, la música barroca, la ópera. ¡No te puedo decir que me gusta una sola canción, porque te mentiría!

—El Réquiem de Mozart; Nothing Else Matters, de Metallica; Sarah Brightman, Moon River; Angel, de Sarah McLachlan, y Lithium, de Nirvana.

—Corro 5 kilómetros casi diario y desde hace 3 meses estoy practicando crossfit.

—Le daría las gracias por todas las cosas que ha puesto en mi camino, por todas las oportunidades que me ha dado, que a lo mejor yo no he merecido; pero él me ha demostrado que nunca me ha dejado sola.

—Todos somos pecadores, todos somos hijos del pecado; pero aquí la cuestión es seguir el camino de Dios. A mí antes se me hacía muy difícil creer cuando me decían “es que tienes que ser como Jesús”, y yo decía “Cómo voy a ser como él si es un Dios”; pero no. Estaba muy equivocada y ahora en la representación me doy cuenta: Cristo cuando estaba aquí, cuando murió en la Cruz, era un ser humano, no era un Dios. Soportó tantas acusaciones, tentaciones, soportó muchas cosas y fue un ejemplo para nosotros. Que como ser humano tú puedes decir que no a las tentaciones, puedes soportar, puedes ser humilde, puedes dar las cosas de corazón.

—Pues no había tenido antes el privilegio de participar, más que nada por tiempo, como estudio y trabajo, pues le tienes que dedicar tiempo. Sin embargo, este tiempo que ha pasado he acomodado bien mis horarios y dije ‘por qué no, voy a darme el tiempo para vivir esta experiencia’ y fue así como decidí.

— Claro. Mi prima Mariela salió hace 16 años de Virgen María y el hecho de verla fue algo muy impresionante para mí.

—Sí, más que nada ver la representación año con año te mueve muchos sentimientos como iztpalapense y te gustaría a ti ser parte de esta tradición, ser parte del agradecimiento que nosotros le hacemos al Señor de La Cuevita. Yo quería participar, pero pues no tenía tiempo y la desidia, también. Pero lo pedí con mucho deseo, de decirle Dios ‘déjame participar, lo voy hacer con mucho corazón, con dedicación’.

—Sí. Porque soy una persona que no me gusta que me vean llorar.

—Sí, la verdad sí; pero siento que esto me ha ablandado y me ha llenado de paz, e incluso en los ensayos la energía va cambiando y cada quien se va centrando en su papel, vivirlo más, sentirlo.

—Desde la tercera semana de enero.

—Pues porque “si el señor de La Cuevita nunca hubiera realizado este milagro aquí, Iztapalapa no existiría”, mis familiares no estarían aquí, ni mi abuela, ni yo, ni nadie estaría aquí, y realmente pues cómo no le vas a agradecer la vida a alguien, ¿no?

—Pues creo que es una decisión muy personal. Yo nunca me he visto en esa situación; pero también depende de la situación.

—Pues yo creo que con mi familia, mi abuela más que nada, vive conmigo, tiene 81 años, es como mi madre, entonces el hecho de saber que es una de sus últimas alegrías, eso a mí me quiebra.

—Pues más que nada trabajando, terminar la Universidad y entrar a una aduana.

—¡No! En Cancún.

—Mira, te voy a ser sincera. A mí me gusta el arte, la creatividad, y no es que no me interesen los fines políticos; pero yo siempre estoy en mi mundo y ahí me gusta vivir.

 
 
 
 
 
 

DANIEL AGONIZANTES BUENDÍA

Tiene 25 años y da vida a Jesús en la 172ª representación de la Pasión de Cristo, en Iztapalapa. Es la cuarta generación de su familia que participa en estos eventos. Pero Daniel es compositor, y trabaja cantando en misas y rosarios. ¿qué compositores admira? ¿es pecador? ¿cómo ha sido su entrenamiento? te lo presentamos en esta Bocanada.

—Es un chavo con sueños, metas, ilusiones y le gusta la música y vivir.

—25 años.

—Soltero.

—No.

—Sí, estoy haciendo la prepa abierta.

—Me gustaría estudiar más de lleno la música, más que nada la guitarra. Soy lírico, me gustaría más en una escuela.

—Mmm, ¿pecador?, pues todos somos seres humanos.

—Ahorita es llegar al Viernes Santo y cumplir con ese sueño por el que he luchado durante tantos años.

—Siete años llevo buscando el papel.

—Pues representa para mí un compromiso con todo el pueblo. Es algo que sí se puede cuando lo pides de corazón, cuando lo haces con perseverancia.

—Sí.

—Lo normal, se puede decir, con la familia, con amigos, en mi trabajo también. Eso sí, soy responsable. Yo trabajo mucho los sábados y domingos…

—Cantando misas.

—Yo solo. Ahorita me ayuda mi hermano.

—Mmmm, la de “Nadie te ama”.

—En el amor, el respeto...

—Sí.

—Sí, mi papá siempre se dedicó a estar en las iglesias cantando…

—Sí. Empecé los domingos, pero a un Padre le gustó como canté y me dio trabajo, entonces me gustó.

—Se llama José Ángel Trejo, de la iglesia Cristo Rey.

—En lo que me pasa, en el vivir, es como una manera de expresar lo que sentimos. Yo creo que el compositor es eso, querer expresar algo.

—Son varios. A Fato, a Leonel García, a Juan Gabriel. En lo religioso admiro mucho a Adrián Romero y a Martín Valderde.

—Pues muchos; el personal es, no tanto parábola, pero cuando Jesús es tentado por el diablo, que le dice que le dé de comer al pueblo…

—Pues el diablo creo que eres tú mismo, tienes conciencia de qué es bueno y malo.

—La preparación es física y espiritualmente. Corro 5 kilómetros diarios. Lunes, miércoles y viernes cargo un tronco de 30 kilos de peso, sobre las faldas del Cerro hasta la punta, y el martes y jueves cargo una cruz de 80 kilos, que es elaborada de árboles que tenemos en el cerro. Por las tardes voy al gimnasio. En lo espiritual, estoy encomendado a Dios en la oración y voy los domingos a misa.

—Lo he sentido, pero para cantar. Siento que toda mi vida voy a cantar, y yo me dejo guiar por Dios. Me gusta la balada, pero creo que cantaría toda mi vida la balada igual que la religiosa.

—Que no, que no tiene él la culpa, es un ser vivo.

—No, son nuestros actos los que nos castigan, Dios es amor y comprensión, todo nos perdona.

—San Francisco de Asís.

—Por todo lo que hizo, él llegó a Roma, fue llamado igual que Jesús, quien le dijo: ‘reconstruye mi iglesia’ y él no entendía, empezó con una capillita, hasta que fue a Roma y le dijo al Papa que se quitara el anillo, que era humilde ser representante de Cristo.

—Adicción no, ahorita siento muchas ganas de vivir, de disfrutar el momento, de respirar…

—Mi fe y mi fuerza están con Jesús.

—Ninguna, la única cruz que ya se cargó, la cargó Jesús.

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