Esperanza que cae del cielo

02/03/2015 03:00 Elizabeth Palacios Actualizada 23:03
 

Desde que era muy niño le gustaron los temas ambientales, conforme fue creciendo comprendió lo importante que es ahorrar recursos, usarlos en forma eficiente. Por ello, cuando tuvo la oportunidad de estudiar una carrera profesional en la Universidad Nacional Autónoma de México, optó por elegir una ingeniería. 

A nivel licenciatura se especializó en computación, pero más adelante, en el posgrado pudo enfocarse a lo que siempre le había interesado, que es el uso eficiente de los recursos en beneficio del medio ambiente.

Desde hace cuatro años se integró al equipo de trabajo de la asociación civil Isla Urbana, dedicada a la construcción y diseño de sistemas de captación de agua de lluvia.

Mientras Enrique, Renata, David y Jennifer arrancaban el trabajo de Isla Urbana en las comunidades aledañas a la zona del Ajusco, David estaba en un laboratorio aplicando todos sus estudios en cómo mejorar los sistemas de captación de aguas pluviales ya existentes en México, en ese entonces se acercó a Isla Urbana.

Si bien Isla Urbana ya estaba comenzando a ver resultados positivos en las comunidades donde había instalado estos primeros sistemas, el conocimiento desarrollado en esas experiencias no estaba siendo registrado ni analizado, se estaba quedando en lo empírico. Ahí fue que la llegada de Hiram se convirtió en el complemento perfecto pues él necesitaba hacer su tesis de maestría y quería hacerlo estudiando el funcionamiento de los sistemas ya existentes para la captación de agua de lluvia.

En este intercambio todos ganaron porque lo primero que aprendió Hiram fue que no todo está dicho, y que sin la práctica y sin el contacto humano, el conocimiento generado en un laboratorio está incompleto.

Resolver problemas en la vida real, considerando el factor humano, ha sido el mayor reto y el mejor aprendizaje para este joven que hoy es el director de Ingeniería de Isla Urbana, A.C.

Así, después de cuatro años de experiencias enriquecedoras tras haber estado al frente del diseño e instalación de casi 30 sistemas de captación de agua de lluvia en varios estados del país, Hiram García tiene una meta: llenar a México de sistemas que les permitan disponer de agua limpia y que, literalmente, cae del cielo.

No desea limitarse a utilizar el agua de lluvia y, por ello, quisiera aplicar sus conocimientos también para el desarrollo de sistemas sustentables y accesibles para el tratamiento de aguas grises, para el calentamiento del agua con el uso de energía solar, entre otros.

Lo que más le apasiona de su labor es relacionarse con la gente, entender sus necesidades pero también sus costumbres y el medio en el que el sistema funcionará. 

Isla Urbana ha instalado más de mil 700 sistemas de captación de agua de lluvia hasta ahora, con lo que ha beneficiado a 12 mil 862 personas a partir de la ‘cosecha’ de 140 millones de litros de agua. 

Es un trabajo técnico impresionante, sin embargo, el mayor aprendizaje de Hiram ha sido el no llegar a ningún lado a imponer una solución, sino a escuchar y aprender de la gente, sobre todo en las comunidades rurales.

Cuando una familia empieza a ‘cosechar’ la lluvia con los sistemas de Isla Urbana, su cisterna está llena hasta seis meses del año con esta agua. Esto significa que la ciudad no tiene que bombear agua a grandes distancias, ni agotar ríos y acuíferos para mantener abastecida a esa casa. A la vez que escasea el agua de la red, la Ciudad de México sufre frecuentes y destructivas inundaciones. Si ‘cosechamos’ la lluvia, vamos a reducir las descargas y, por lo tanto, las inundaciones. Y saber todo eso es lo que a Hiram García le ayuda a dibujar una sonrisa de esperanza, un bien altamente preciado en un país como el nuestro hoy en día.

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