ENERGÍAS: “Arma tu corona de Adviento”

01/12/2015 12:35 Actualizada 12:35
 

En tiempos remotos, las primeras coronas fueron las de Adviento, y se utilizaban como una preparación en conciencia para la llegada del niño divino, que nace cada año en Solsticio de Invierno y Navidad.

El círculo representa al Infinito Poder Divino, que todo lo abarca y que no tiene principio ni fin, así como la unión en intención amorosa del círculo humano reunido y de los ángeles de la naturaleza, los que participan en este proceso.

CREA LA TUYA. Puedes conseguir la corona y la base para las velas en la mayoría de los mercados y también puedes comprar una corona e ir ubicando las velas o veladoras alrededor.

Puedes encender la primera desde el martes 1 al viernes 4 de diciembre, las siguientes en domingo 6, 13 y 20 de diciembre, y la última en Solsticio o Navidad, quedando cuatro alrededor y una al centro. (Si no pudieras conseguir la corona, haz un círculo de ramitas de pino de las quedan de los arreglos donde venden árboles y flores de la temporada.)

Si ya la empezaste desde antes, aprovecha para seguir los siguientes pasos de bendición metafísica y angelical.

EL RITUAL. Enciende una varita de incienso de violetas y repite: ‘Esta es una ofrenda para el Arcángel Zadquiel a quien pido que toque mi corazón y lo limpie de cualquier sentimiento que no sea afín al infinito bien divino, para que renazca en mí el niño divino este Solsticio y esta Navidad’. Cada participante escribe la forma en que desea vivir el perdón. Por ejemplo, pueden pedir ser más tolerantes, perdonarse a sí mismos o a alguien en especial.

Se coloca una vela morada en la corona y se enciende. Se repite en grupo la siguiente afirmación 15 veces y de manera pausada: ‘Perdonamos a todas y cada una de las personas que parezcan habernos ofendido o lastimado alguna vez. Los soltamos, los bendecimos y los dejamos ir. Nuestros corazones han quedado despejados para que renazca el divino niño en nosotros’.

SEGUNDA VELA. El segundo domingo (6 de diciembre) se enciende una varita de incienso de girasol o de copal, y se le invoca al Arcángel Miguel de la siguiente manera: ‘Esta es una ofrenda para el Arcángel Miguel a quien pedimos que nos libere del miedo, de los recelos y de cualquier emoción o creencia que no sea semejante a la fe y la confianza’. 

Se coloca en la corona una vela azul, la que se prende y se repite 15 veces: ‘Agradecemos que nos escuda San Miguel Arcángel y con sus huestes llena nuestro hogar y corazones, liberándonos del cualquier pensamiento o actitud que no sea afín al amor y a la fe, para que el Niño Divino renazca en nosotros en Solsticio y Navidad’. 

VA LA TERCERA. El tercer domingo (13 de diciembre) se enciende una varita de incienso de rosas, repitiendo: ‘Esta es una ofrenda para el Arcángel Chamuel a quien pedimos que nos libere de las culpas, del no-merezco y de cualquier emoción o creencia que baje nuestra autoestima’. 

Se coloca una vela rosa y se enciende, enseguida repitiendo 15 veces: ‘Los ángeles del amor llenan este espacio y nuestros corazones con la luz. Queremos el bien para todos, y eso nos incluye a nosotros. Nos abrimos a recibir todo el amor y todo el éxito que está para nosotros en el nuevo ciclo’.

VELA DE SANACIÓN. El cuarto domingo (20 de diciembre) se enciende una varita de incienso de pino y se repite: ‘Esta es una ofrenda para el Arcángel Rafael a quien pedimos que sane lo que necesite sanar en nuestros corazones, mentes y cuerpos, para que en bienestar recibamos al niño divino que está por nacer en nosotros y entre nosotros’. 

Se coloca una vela verde y se enciende, enseguida repitiendo 15 veces: ‘Los ángeles de la sanación llenan este espacio y nuestros corazones con su luz verde. Vibramos en vínculo con ellos y con los espíritus de las plantas, los que están sanando, sanándonos a nosotros y a todo el planeta ahora’. 

OFRENDA. En Solsticio de Invierno (21 de diciembre), o en Navidad, el 24 por la noche, se prende un incienso de flores silvestres y se repite: ‘Esta es una ofrenda para el bienamado niño divino que ha renacido, en nosotros y entre nosotros’.

Se coloca una vela blanca o amarilla en el centro de la corona, enseguida repitiendo 15 veces: ‘Bienamado Niño Divino, rayito de sol que renaces, que viva y crezca en nosotros tu espíritu guerrero para que cumplamos nuestras misiones en el nuevo año, en perdón, en fe, en éxito, en amor, y en bienestar’.

Para que el efecto sea profundo, cada participante repetirá la afirmación del domingo anterior 15 veces cada noche en forma diaria.

 

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