Hay quienes dicen que existe la magia; otros, como la familia González, la crean. Y es que en su diminuto local dentro del mercado de Coyoacán, sus hot cakes artísticos “capturan”, dentro de su rica masa, cientos de personajes animados que sacan las mejores sonrisas de sus clientes más apegados y hasta de los que no. Fue don Rogelio quien comenzó este peculiar negocio familiar. Tras una gran derrota en su trabajo, su madre lo impulsó a preparar estos grandes e inflados pedazos de pan. Su habilidad para voltearlos e inflarlos lo llevó a levantar su pequeño establecimiento en los años 70.
Con el tiempo, su técnica creció y este hombre cocinero se aventuró a experimentar y dibujar en su plancha de metal. No pasó mucho tiempo para que, al trazar curvas, líneas y figuras geométricas y poniendo en práctica (como dice él), “lo que aprendió en kínder y primaria”, Mickey Mouse apareciera en sus gruesos panecillos.
Luego le siguió el Pato Donald y, finalmente, las conocidas princesas. Desde entonces, este hombre no ha parado de dibujarlos y cocinarlos, y ahora, compartiendo el local con su hijo y quien encabeza la tradición familiar, los “Hot Cakes Artísticos de Coyoacán”.
Nunca imaginaría su éxito. Por sólo 35 pesos, puedes obtener en tu panqueque, desde viejas figuras populares hasta personajes de cine y televisión.
Pero si quieres algo más personalizado, puedes elegir tu hot cake calientito con tu celebridad favorita o con un cómico retrato. Y si lo prefieres, puedes pedir una gigante crepa doblada y rellena de mermelada.
Rogelio dice que su masa no tiene nada especial. Es la de la receta universal. Lo importante es la técnica. Y es que hay que saber manejar el fuego. Si es arrebatado se puede quemar, si es muy tranquilo no sirve para nada, pero si está en su punto, “ahí está el detalle”.
