Ovnis antes de los ovnis

Cuando vemos una luz extraña en el cielo, lo primero que pensamos es que se trata de un ovni. Este enigma está tan instalado en nuestro subconsciente que es complicado no asociar un fenómeno inusual en el firmamento con la creencia de que existen seres extraterrestres que nos visitan desde tiempos inmemoriales. 

Sin embargo, a pesar de que, desde mediados del siglo pasado, la cienciaficción nos ha hecho sentir que los ovnis son un enigma moderno y que se trata de naves tripuladas, hace cientos de años ya se referían a estas misteriosas luces, aunque la interpretación que daban al fenómeno era muy distinta a la actual. 

Dicha reflexión surge de mi reciente visita a Magacela, en Extremadura, España, donde se encuentra la laguna de los Santitos, un pequeño embalse de agua de donde se dice que algunas noches del año salen unas luces que se pasean por los alrededores del pueblo y que, pasados unos minutos, vuelven a sumergirse en la laguna. 

El primero que escribió sobre este interesante enigma fue un sacerdote que ejerció su labor pastoral en este enclave en el siglo XVII. Se llamaba fray Diego Becerra de Valcárcel, prior de Magacela, que en 1684 escribió un libro en el que hablaba de estas luminarias, asegurando que no eran otra cosa que los espíritus de San Aquila y Santa Priscila, matrimonio santo que, siglos atrás, había llegado hasta este pueblo para predicar el evangelio. 

El sacerdote explica en su obra que San Aquila y Santa Priscila habrían sufrido martirio en Magacela, por llegar a anunciar el evangelio en tiempos desfavorables para los seguidores de Cristo, y que sus cuerpos estarían enterrados en la laguna, de ahí que sus espíritus, las luces misteriosas, salieran del agua. 

El prior propuso desecar la laguna para encontrar sus cuerpos, sin embargo, cuando la habían drenado casi por completo, se produjo una gran tormenta que volvió a llenar el embalse; interpretaron lo ocurrido como una señal de los santos, que no querían ser encontrados. 

Sin embargo, aunque no exista ningún tipo de prueba histórica que relacione a San Aquila y Santa Priscila con este municipio español, decidieron nombrar a dichos santos como patronos de Magacela y cada año, a principios de julio, celebran su fiesta, un evento que, en realidad, está conmemorando un evento ufológico.

Por otro lado, muy cerca de la laguna de los Santitos, a pocos metros, encontramos un monumento megalítico que el hombre prehistórico construyó con fines rituales.

En una de las piedras del dolmen, curiosamente, hace miles de años grabaron varios dibujos, uno de ellos es una especie de luz, de sol. ¿Será que hace miles de años, los habitantes de Magacela ya estaban siendo testigos de estas luces? ¿Podría ser que construyeran este monumento sagrado porque adoraban a esas luminarias que habitaban en la laguna? Un fenómeno de este tipo, hace milenios, podría haber sido interpretado como la presencia de un dios. 

Por otra parte, en el siglo XVII, las luces de la laguna de los Santitos se consideraron un fenómeno religioso. 

Hoy día, sin embargo, hay testigos que aseguran haber visto estas misteriosas luminarias que salen de la laguna y aseguran que son ovnis.