Ellos están aquí desde la antigüedad

Al día 22/09/2018 11:52 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 11:52
 

Las antiguas culturas nos hablan de seres que descendieron del cielo que eran muy distintos a los humanos, y fueron descritas en su mayoría como personas muy altas, de piel blanca, ojos claros y con una especie de luz que irradiaba mucha bondad. En contraparte, hay referencias de seres oscuros y tenebrosos que hacían sufrir a todo aquel que se encontraban a su paso u oprimían a pueblos enteros, hay de todo en las crónicas antiguas. 

IDIOMA DEL CIELO. Diversos investigadores han dado a conocer que estos dioses tenían la capacidad de volar, de hablar el “idioma del cielo”, que nadie sabe a ciencia cierta a qué se referían, pero que estaban en contacto con ese lenguaje, también se sabe que “ellos” tenían un gran conocimiento para manipular los elementos de la naturaleza. 

No se sabe en qué punto estos supuestos seres superiores fueron corrompidos por la avaricia, el ego y la supremacía al suponer que en realidad tenían un poder supremo sobre los demás, lo que dio paso, a que permitieran fueran adorados, que tuvieran un grupo de hombres a su servicio en todos los aspectos, pero en lo que se hace especial énfasis fue en el sexo. Un tema fuerte, pero recurrente en la relación entre los dioses y los humanos, dando paso a nuevas razas, según se afirma.

(Foto: Archivo el Gráfico)

Muchas de las tradiciones sagradas hablan de un vínculo carnal, así como de una unión en el plano espiritual, pero que igual en uno u otro dejaban embarazadas a las mujeres humanas, dando paso a individuos que poseían una fuerza descomunal o una inteligencia superior. Es decir, la especie humana, poco a poco se emparentó con aquellos que habían llegado del cielo con diversos objetivos y que no nos dijeron sus intenciones y que al 2018 sigue siendo un gran enigma.

LOS ANNUNAKIS DE NIBIRU. Los más populares son los Annukakis (los que del cielo a la Tierra vinieron) llegados del planeta Niburu, como les llamaban los sumerios, según esas crónicas que fueron reinterpretadas por el investigador Zecharia Sitchin, lo que buscaban, según publicó el especialista, era oro. En la “Epopeya de la creación” un texto escrito en siete tablillas se narra “de qué modo un planeta extraviado, al pasar por las inmediaciones de nuestro sistema solar, colisionó con un planeta llamado Tiamat, cuya colisión habría dado lugar a la creación de la Tierra y la Luna, del cinturón de asteroides y de los cometas, mientras que el planeta invasor quedó atrapado en una gran órbita elíptica que recorre en un lapso de unos 3 mil 600 años terrestres” y que se aseguraría estaríamos ya en la antesala para que este mundo se encontrará nuevamente con nosotros. 

EXTRAEN ORO. En los libros de Las crónicas de la Tierra, el primer grupo de Anunnakis que llegó a nuestro planeta fue hace 432 mil años conformados por 50 alienígenas para extraer nuestro oro y transportarlo a su mundo para proteger la decreciente atmósfera de Nibiru, pero que por peleas entre los hijos del soberano, Anu, muchas cosas se complicaron en esa misión dando paso a una serie de crónicas que hablaban de grandes peleas en el cielo como en la tierra y la construcción de ciudades donde se afirmaría que en realidad está nuestra historia.

El investigador suizo, Erich Von Däniken, dice que debemos de “reinterpretar los textos antiguos y nos daremos cuenta que nuestros antepasados estuvieron en contacto con lo que ahora llamamos extraterrestres”. Ante esto debemos de estar conscientes que así como en nuestra sociedad hay gente buena y mala, así tal cuál se han comportado los dioses en esa relación con los humanos, es decir, que en realidad ellos son tan endebles como nosotros. Aquí me resta una sola pregunta ¿y si todo esto en realidad fue verdad?

¿Intraterrestres entre nosotros?

Una de las hipótesis de trabajo que explica el origen de los Ovnis y sus ocupantes es la que se refiere a seres que habitan al interior de nuestro mundo, intraterrestres, que llegaron de los confines del universo y decidieron vivir allá abajo, ya sea en grandes oquedades formadas de manera natural por nuestro planeta o por bases subterráneas manipuladas tecnológicamente para que nadie los pudiera molestar, pero que nos han acompañado en diversos momentos muy importantes de la historia humana, es decir, que hay testimonios en el último siglo que desde esos refugios son constantes las salidas de esas entidades para comunicar sucesos importantes que estarían por llegar.

(Foto: Archivo el Gráfico)

En América del Sur se les conoce como Hermandad Blanca que estaría oculta en galerías subterráneas en la selva peruana y que su principal objetivo es proteger la verdadera historia de la humanidad. Una hermandad que está integrada, según algunos contactados con extraterrestres, “por sabios muy cultos en un reino subterráneo”, donde sólo se puede tener acceso por invitación.

En la montaña más alta de la Cordillera de Altái, que pertenece a Asia central, de nombre Belukha, que significa “Orión, el lugar donde viven los dioses”, confluyen las fronteras de Rusia, China, Kazajistán y Mongolia y que conocen a esta zona como las montañas doradas del Altái, un sitio que se eleva sobre los 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar, pero que está lleno de historia sobre seres que un día llegaron del cielo y decidieron vivir dentro del planeta.

(Foto: Archivo el Gráfico)

El contactado con extraterrestres, Ricardo González, al cuestionarlo sobre este tema nos dijo “soy consciente que hablar de una humanidad viviendo bajo tierra parece un disparate. El hecho de que los intraterrestres posean sus bases bajo la corteza terrestre no quiere decir que nuestro mundo tenga que ser hueco”, sin embargo, le ha dado seguimiento a este tema por todo el mundo encontrando vestigios de una auténtica civilización intraterrestre.

(Foto: Archivo el Gráfico)

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