El valor de Guerrero

Gabriel Cruz

OPINIÓN 06/11/2018 09:08 Gabriel Cruz Actualizada 11:09

El Último Guerrero es uno de esos casos distintos en el pancracio mexicano. Capaz de enfrentarse un viernes al monstruo canadiense Michael Elgin en la arena México y, al día siguiente, apostar su preciada cabellera contra el Corsario Negro Jr. en la arena San Juan, en Pantitlán. En ambas, el resultado importó pero mas la calidad y la entrega con las que encaró ambos retos sin importar el escenario.

Convertido en la cabeza de la legión lagunera en el Consejo Mundial de Lucha Libre, la escuela más influyente en los últimos años, el Guerrero se puede dar el lujo de muchas cosas al interior de la empresa, como impulsar la carrera de estetas que no comparten el origen territorial pero sí, el hambre de llegar a ser figuras de los cuadriláteros.

Al Guerrero le costó mucho trabajo llegar a ser uno de los estandartes del CMLL, cuentan que cuando arribó a la ciudad dormía donde la noche lo sorprendía y que de no ser por buenos aliados, su sueño pudo haberse marchitado muy pronto, historias a veces, teñidas del toque dramático que se necesita para construir una leyenda.

El líder de los Guerreros es justo un comandante natural de grupo, así, le dio vida a uno que parecía muerto cuando formó una alianza con Atlantis, tal vez su coequipero más relevante, a los dos les llegó esa oportunidad en momentos claves. El científico, venido a menos en esa esquina, encontró un nuevo aire para su carrera, fue un rudo implacable y estuvo listo para volver al bando de sus grandes noches para encontrarse con su "pareja" ruda de nueva cuenta.

Para el Guerrero, compartir esquina con el "Ídolo de los Niños" significó mayor pantalla y reflectores, su camino se abrió hasta la consagración, aquella noche en la que acabó con la incógnita del Villano V. Sin saberlo, empezaba también la cuenta regresiva para la suya.

Contra Atlantis fue una rivalidad natural y necesaria para ambos. Tal vez el desenlace resultó demasiado cruel para el perdedor, pero hay historias que no tienen regreso y la de Atlantis es una de ellas. 

Contra cualquier pronóstico, el Guerrero sobrevivió para convertirse en un símbolo dentro de la promoción coliseína, hoy luce maduro y listo para entregar la estafeta a las nuevas generaciones, tan generoso como ha sido desde que arrancó su camino al éxito. 

¡Buenas luchas!

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